Representantes de la feria del barrio Quirno Costa este martes entregaron a la Municipalidad de Comodoro Rivadavia una nota con el pedido de reapertura de los puestos comerciales a cielo abierto.
La situación económica de los feriantes es insostenible y si no habilitan la feria “nos veremos forzados a tomar medidas de fuerza”, indicaron CSP.
La feria La Saladita nuclea a más de 600 personas que incluye a manteros, vendedores de artículos nuevos y usados, y vecinos que prestan servicios de baños y electricidad a los mimos feriantes. Ya llevan más de 100 días sin contar con los ingresos que “generábamos mediante la venta de distintos rubros en la feria que se realiza a cielo abierto”, explica la nota dirigida al intendente Juan Pablo Luque.
El pedido de reapertura de la feria fue entregado este martes en el edificio municipal, y exigen habilitar se sector comercial callejero. Los feriantes recordaron que para el regreso de la feria el 20 de junio pasado realizaron una inversión importante “con la que no contábamos”.
Se compraron barbijos, alcohol en gel, bolsas de residuos, mediasombras y tablones “para poder estar acorde a la situación”. Después de ese fin de semana hubo un brote que obligó a suspender todas las actividades con aglomeración de personas.
En el escrito los feriantes interrogaron que “no terminamos de entender y disculpas por la ignorancia: ¿cuál es el grado de peligrosidad si se habilita nuevamente la feria? Nosotros hemos respetados a rajatabla todo el protocolo” que aprobó el municipio.
Si bien reconocieron que ese fin de semana que reabrió la feria “se escapó de nuestras manos la cantidad de personas que acudieron, pero deben entender que todos están agobiados y estresados por estar tanto tiempo resguardados, y si tienen una posibilidad de salir, y más insistimos al aire libre; lo harán”.
Los feriantes consideraron que la situación que atraviesan todos los que viven de esa actividad comercial “es por demás angustiante”. Por más que la Municipalidad “ha colaborado con la entrega de bolsones alimentarios y algunos muy pocos han logrado recibir la ayuda de $10.000 (IFE); no es suficiente”.
Expusieron los altos costos de vivir en una ciudad petrolera, donde un kilo de carne “lo más barato sale $400 y cuando es un grupo familiar por más que uno trate de alternar con pollo y pescado, están todos en los mismo valores”.
En la nota subrayaron que todos los feriantes “hemos cumplido con lo exigido y ahora ya no podemos soportar más porque no tenemos ningún tipo de ingreso y está bien como adultos quizás podemos pasar el día sin comer, pero con hijos a cargo es imposible”.
También remarcaron que la mayoría de los feriantes son mujeres, único sostén de familia y “con esta situación es imposible lograr un trabajo en relación de dependencia”. Con el riesgo de “tener que dejar a nuestros hijos para poder llevar el sustento diario, por lo que apelamos a que sepan entender y colaborar para que se pueda gestionar nuevamente la habilitación, caso contrario nos veremos forzados a tomar medidas de fuerza”.
En el final del escrito los feriantes enumeraron que rubros comerciales bajo techo como gimnasios, restaurantes, cervecerías “han sido habilitados y nosotros que reiteramos estamos a cielo abierto y que no hay puestos que estén cerrados en los que ingresen las personas; creemos que ya deberían entender que ya no podemos seguir en casa esperando un milagro para poder llevar un plato de comida a casa”.