Un desagradable momento vivió una madre que llevó a su hijo a la plaza del barrio Juan XXIII para pasar un momento de diversión. Es que cuando llegaron, se encontraron con que el tobogán estaba lleno de excremento que alguien había depositado apropósito.
«Que asco e indignación que hayan hecho una cosa así», expresó Antonella comentando el mal momento que pasó con su hijo.
«Una plaza tan concurrida por tantos niños y con tanta maldad hayan arrojado una bolsa llena de caca, una falta de humanidad sabiendo la cantidad de bacterias que contiene el excremento», agregó.
Aguardaban a que se limpie y desinfecte el lugar para que pueda volver a ser utilizado como corresponde por los niños.
