Tinder fue el puente que unió los corazones de los tortolitos. La aplicación de citas hizo que el cordobés y la santafesina de Casilda se conocieran y sellaran sus sentimientos en una ceremonia celebrada en el Registro Civil carlospacense.
Sofía, la nieta de Emilio, fue la que le abrió el perfil a su abuelo porque creyó que su «nono» no es una persona que se acostumbraría a estar solo. Después de enviudar dos veces, se animó a introducirlo al mundo de las aplicaciones de citas.
Por el lado de Liria, su hijo Gustavo fue el que armó la cuenta de Tinder de su mamá, que hizo «match» con la de quien hoy es su esposo ante la ley. Luego de mostrar su mutuo interés comenzó una seguidilla de largas charlas telefónicas.
El problema radicaba en que Emilio es de Carlos Paz y Liria de Casilda, en el interior de Santa Fe. Se terminó el «cortejo» telefónico y quedaron en conocerse personalmente. Así fue que la mujer viajó hasta la villa serrana, en donde el flechazo fue instantáneo.
Los pasos a seguir en la relación de Emilio y Liria consisten en juntar plata para una luna de miel, aunque lo que realmente les importa es la compañía y no el lugar.
