Una fotógrafa registró la escena. El conmovedor video que María del Valle Presser compartió con nuestro portal de periodismo ciudadano para concientizar sobre la importancia de hacerse chequeos médicos.
“Esto también pasará”, dice el estado de WhatsApp de María del Valle Presser. Esta fotógrafa de 40 años se enteró en diciembre de que tenía cáncer de mama. Durante un autoexamen se descubrió un bulto doloroso en el pecho. Una ecografía y luego una biopsia confirmaron lo que ya temía.
El año ya había sido muy duro para toda su familia. A la pandemia y el encierro de la cuarentena se le sumaron la muerte de su papá y de su perro. Por eso, cuando le confirmaron el diagnóstico, lo primero que pensó es que “no quería causarle más pena” a sus hijas, según contó con emoción a TN y la Gente.
También, como la mayoría de los pacientes que se someten a una quimioterapia, temía la pérdida del pelo, este estigma de la enfermedad que a muchos le golpea la autoestima. “Me daba pánico. Mi pelo era muy importante para mí, es parte de mi identidad, sobre todo como mujer”, explicó.
Obviamente, lo primero que le preguntaron sus hijas es “si se iba a morir”. María, que está decidida a mantener una actitud optimista, les dijo que no se preocuparan, que iba a luchar. También les remarcó que cuando empezara a perder el pelo, iban a poder hacerle cortes locos, “de rockera”.
A los 13 días del inicio del tratamiento, se le cayeron los primeros mechones. Cada día sus hijas le preguntaban con entusiasmo si por fin le iban a poder cortárselo. A los 17 días, decidió que sí, que era momento de raparse, de retomar un poco el control ante tanta incertidumbre.
Ese día llamó a una colega fotógrafa, Lilia Pereira, para que grabara el momento. “Soy muy positiva y creo que voy a salir adelante. Para mí es muy importante tener un registro de ese momento, un recuerdo, porque lo voy a superar”, explicó.
El corte en familia
El día en que se rapó, juntó a toda su familia en el living de su departamento de Barrio Norte, estaban sus hijas, Rosario de cinco años, y Amparo, de nueve. También su marido, Esteban, su hermana, Aldana, y su mamá, María Teresa.
En el video que María compartió con TN y la Gente, se ve la complicidad y el amor que los une. Las selfies, las sonrisas de sus hijas cuando la peinan y le cortan los primeros mechones con tijeras; las dudas, cuando María se enfrenta al espejo y agarra la máquina para comenzar a raparse.
Luego, todos se turnaron para completar el corte y la llevaron con los ojos cerrados frente al espejo para que se descubra por primera vez sin su melena.
“Estás hermosa, mamá”, le dijeron sus hijas al terminar. Gracias a la contención que recibió, ese momento que tanto temía se volvió un momento “de amor, de mucha alegría, un momento familiar” que atesora.
Todos le acariciaron la cabeza. María luego se probó unos pañuelos y pelucas. También sacó de un cajón unos aros en forma de rayo que había comprado para una fiesta y nunca más se había vuelto a poner. Para sumarle brillo al look “rockera” que les había prometido a sus hijas.
Unos días después, le llegó a su celular el video que armó Pereira con las fotos. “Fue muy emocionante, lo vi sola y lloré todo lo que no lloré ese día”, dijo a este medio. Luego, lo compartió con sus familiares y amigos para demostrar que la vida continúa, que “sigue teniendo sueños”.
Según explicó a TN y la Gente, al compartir su historia Presser busca concientizar sobre la importancia de hacerse chequeos para contar con un diagnóstico temprano y tener más posibilidades de superar la enfermedad. Cómo miles de argentinos, demoró los turnos que tenía pendiente por la pandemia. Su cáncer se desarrolló muy rápido y de no haber sido por la autopalpación y los exámenes que se hizo luego, la situación sería otra.
En su cuenta de Instagram, María del Valle también publica autorretratos y cuenta lo que atraviesa: los bajones anímicos, los días buenos, los mareos, los efectos del tratamiento. La aceptación de su nueva apariencia, de que a veces necesita parar un poco. Sensaciones nuevas, como el suave golpe del agua sobre su cabeza cuando se ducha. El descubrimiento de que, “después de todo”, ella es “mucho más que pelo”.
El cambio de apariencia vino acompañado de un fuerte cambio interior. “Al caerse el pelo siento que se cayeron miedos, culpas, errores, preconceptos. Fue casi liberador. Al desaparecer mi pelo me vi desnuda y sin decorados, me vi directo a los ojos, al alma, me encontré fuerte y rodeada de mucho amor”, escribió en sus redes.
“Me miro y me veo linda, me veo fuerte, me veo guerrera y también veo a alguien que está aprendiendo a dejarse cuidar, por ende más sabia”, puso en otro posteo.
En un video dio algunos consejos, como armarse una carpeta con separadores para ordenar los estudios médicos. Contó que empezó a meditar para bajar la ansiedad. Aceptó que a veces está bueno “no hacer nada” y también “pedir ayuda” cuando hace falta: “Hay que cuidarse un poco más, escucharse, tomarse tiempo”.
“No hay que tirar la toalla, hay un montón de gente que nos quiere y le debemos la lucha, no darnos por vencidos”, concluyó.
Fuente: tn.com