La china Hongchan Quan participa de sus primeros Juegos Olímpicos. Fue la perfección en los clavados desde la plataforma de 10 metros. Impresionante.
La atleta china Hongchan Quan es la historia del día en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Sus tres clavados fueron calificados con 10 por todos los jueces y a sus 14 años se convirtió en la niña prodigio de los saltos. Todo un hito dentro y fuera de la piscina del Centro Acuático de Tokio, donde tras su desempeño, en el que casi ni salpicó al entrar al agua en ninguna de sus pasadas, fue alzada por su entrenador como un padre levanta a su hija. Una imagen inolvidable.
Hongchan Quan, nacida el 28 de marzo 2007, dominó la prueba de salto desde la plataforma de 10 metros con absoluta claridad junto a su compatriota Yuxi Chen, mientras que las clavadistas mexicanas Gabriela Agúndez y Alejandra Orozco terminaron en cuarta y sexta posición en la final de esa especialidad.
Agúndez y Orozco se situaron momentáneamente en el podio durante la última de las cinco rondas, aunque se vieron superadas finalmente por la australiana Melissa Wu en su último intento.
Agúndez terminó con 358,50 puntos y su mejor intento valorado en 75,20, un doble mortal y medio hacia de espaldas, en la final disputada este jueves en el Centro Acuático de Tokio.
Orozco, por su parte, logró 322,05 puntos y 75,20 en su mejor intento, un triple mortal y medio.
La australiana Wu se hizo con el bronce gracias a su salto en la quinta ronda, que le valió 81,6 puntos y le permitió sumar 371,40 puntos en total.
Las saltadoras chinas estuvieron a un nivel muy superior al resto, y terminaron con 466,20 puntos en el caso del Quan, la vencedora con tres saltos casi perfectos de 96 puntos, y de 425,40 puntos en el de Chen, plata.
Diccionario olímpico: saltos
Desde rotaciones dinámicas en el aire hasta una entrada limpia en el agua, todo ello en menos de dos segundos.
Descripción general
Hay dos competiciones de salto Olímpico:
Trampolín, en la que los atletas utilizan un trampolín de duraluminio de tres metros para rebotar en él y poder realizar figuras acrobáticas en el aire; y
Plataforma, en la que los saltadores se zambullen desde una plataforma fija de 10 metros de altura.
Los saltos se diferencian por la aproximación del saltador al despegue, la dirección de los saltos mortales y giros realizados, y si el salto comienza con una parada de manos (haciendo el pino). La puntuación se basa en factores como la belleza de los movimientos del saltador, que combinan tres tipos de rotación (estirada, carpada y encogida), y la cantidad de agua desplazada al entrar en ella. En el salto sincronizado se puntúa también la coincidencia de movimientos entre los dos saltadores. Los puntos se deducen de una puntuación perfecta de 10.
Decidir si una entrada al agua es buena o mala es parte del atractivo del deporte para los espectadores. A nivel Olímpico, los mejores saltadores del mundo apenas salpican y solo producen burbujas en la superficie. Esta entrada limpia se denomina rip entry o entrada perfecta.
Programa de la competición
- Trampolín 3 m (Hombres/Mujeres)
- Plataforma 10 m (Hombres/Mujeres)
- Trampolín de 3 m sincronizado (Hombres/Mujeres)
- Plataforma de 10 m sincronizado (Hombres/Mujeres)
Esencia del deporte
Competitivo hasta el último salto
En el pasado, realizar entre un giro y medio y dos medio desde el despegue hasta la entrada era lo normal en las competiciones de trampolín de tres metros. Sin embargo, los saltadores actuales utilizan el rebote generado por el trampolín para saltar aún más alto en el aire, lo que les permite completar entre tres y media y cuatro y media rotaciones y a veces tres giros antes de llegar al agua.
Como los saltadores de plataforma no se benefician de ningún rebote de la tabla ni de la altura de su despegue, deben completar una serie de pequeños y rápidos movimientos antes de entrar en el agua. En consecuencia, los saltadores de élite en la disciplina de plataformas tienden a ser más bajos y fuertes, mientras que los de trampolín generalmente son más altos y delgados.
Tanto en las competiciones de trampolín como en las de plataforma, hombres y mujeres buscan obtener la puntuación total más alta para seis y cinco saltos, respectivamente. La clasificación puede cambiar drásticamente, ya que un saltador que va primero puede verse obligado a salir de la posición de cabeza en cualquier momento hasta el salto final.
La competición de plataforma en los Juegos de Pekín 2008 fue un ejemplo de este dramatismo competitivo cuando un saltador australiano, Matthew Mitcham, obtuvo el primer lugar después de realizar el sexto y último salto, con el que consiguió la puntuación más alta en la historia Olímpica. De este modo, desplazó de la primera plaza a un rival chino que había liderado la prueba en todo momento, pero que no consiguió una entrada perfecta al agua. Aunque cada salto pueda durar solo un instante, la competición es emocionante hasta el final.
Fuente: TN