Es otra mañana de verano en invierno, los chicos y adolescentes ya volvieron a las escuelas y Mercedes Fernández sonríe, aunque lo cierto es que viene de vivir años muy duros. Si alguna vez viste a esos viejitos que deambulan solos por los hospitales públicos y duermen sentados en las salas de espera, una era ella.
Los cumplió este verano, así que Mercedes -la mujer que ahora entra a los estudios de Infobae charlando, sonriendo y caminando lo más bien, sin anteojos ni bastón- tiene 101 años y medio, publicó Infobae.
Fueron tiempos dramáticos pero hoy su ánimo es otro. Ya no está sola sino que vino con Noelia Alegra Pivar y Elizabeth Villanueva, la directora y la trabajadora social del Hogar de ancianas Eva Perón de Escobar, donde ahora vive.
Son las dos mujeres que en vez de tratarla como a una beba y darle de comer en la boca le preguntaron qué tenía pendiente en la vida y se sentaron a escuchar su respuesta. Así, esta semana Mercedes se acomodó en el pupitre de su nueva escuela por primera vez: la escuela pública en la que comenzará, a los 101 años, el secundario.
Otra vida
Nació en Venado Tuerto, Santa Fe, el 12 de enero de 1922, durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen. Sus padres se separaron pronto y Mercedes se quedó viviendo con su papá, que trabajaba la tierra en el campo.
“Yo vivía solita con él, porque mi mamá estaba con otro señor”, cuenta ahora. Era chica cuando dejaron su provincia natal y se fueron a vivir a Escobar, en Buenos Aires.
La pequeña Mercedes fue a la primaria y apenas empezaba a ser adolescente cuando quedó embarazada de otro chico, también menor de edad, que se enteró y desapareció.
Mercedes tuvo a una beba a la que llamó Milagros y empezó a criarla sola. Y fue durante los años que siguieron que conoció a Antonio, quién terminó siendo su compañero de vida durante los 80 años que siguieron.
Es difícil juzgarlo con ojos de hoy pero era el final de los años 30 y el amor de pareja era, más bien, un acto de renuncia.