El amor al deporte es una de las grandes pasiones que puede sentir un ser humano, y más aún si ese amor es compartido y vivido de la misma manera por toda la familia. Ese es el caso de los Vera, quienes hacen del boxeo un integrante más del grupo familiar.
Mario Vera, un profesor de boxeo con más de 20 años de experiencia, inició su jornada en el boxeo a los 14 años.
Mario pasó por varias escuelas como entrenador y actualmente se encuentra en el gimnasio número 2, donde genera boxeadores y ofrece clases de boxeo recreativo. «El Team Vera está ya hace 18 años. Fue todo de familia porque toda la familia se dedica al boxeo,«.
Mario Vera cuenta con una familia profundamente involucrada en el boxeo. Su hijo, Ezequiel, es un boxeador profesional, mientras que su hija Erica es boxeadora, y otra de sus hijas que también se dedica al deporte. Su esposa, Faby, es profesora de boxeo femenino y tiene su propio Team. En diálogo con este medio habló con admiración de las personas que se dedican al boxeo, especialmente de sus hijos.
«Me he sentido orgullosa de ellos, porque en cada victoria, cada derrota, todo. Es un sacrificio que veo yo en el día a día, es muy sacrificado la alimentación, entrenar, dejar cosas que a ellos le pudiera haber gustado hacer y no pueden por el tiempo de entrenar, porque es su pasión entrenar.” señaló.
La nueva generación
Erica Vera, de 24 años, es una de las hijas de Mario. Inició en el boxeo a los 13 años y desde ahí acumuló 34 peleas en amateur.
Aunque aún no debuto como profesional, su dedicación y pasión por el deporte la convirtieron en una profesora de boxeo desde hace 4 años. Su recorrido personal incluye viajes a varios lugares del sur de Argentina, como Loevita y Tierra del Fuego, donde compitió en numerosos eventos.
Trabajar en familia es una de las claves del éxito del Team Vera. “es más fácil porque nos conocemos ya entre sí.» remarcó Erica.
«Ahora nos separamos con mi mamá pero trabajo yo sola con mi papá. Pero es más fácil (…) armar ciertas cosas o para el siguiente día armar una rutina,» añadió Erica. Esta dinámica familiar creó un ambiente de apoyo y motivación y admiración.