Un testimonio en la causa da cuenta de la particularidad con la que se manejaba la ex ministra Cecilia Torres Otarola.
La situación de M.N.F., quien figura ocupando un cargo de directora en el Ministerio de Desarrollo Social, Familia, Mujer y Juventud, es otro aspecto destacado en la imputación formulada este miércoles por el fiscal Omar Rodríguez contra Cecilia Torres Otarola y 12 personas más.
Según publicó El Patagónico, M.N.F. es hija de Sandra Jaramillo, quien fuera empleada doméstica de Torres Otarola, desde mediados de 2019 hasta enero de este año.
“En lo que aquí interesa, Cecilia Torres Otarola, ya en el cargo de ministra, le ofreció incorporar a la hija de Jaramillo al organismo a su cargo. Para ello le pidió que le mande foto por wasap (SIC) del DNI de su hija. Dicha situación se concretó y la nombrada fue designada en el cargo más arriba mencionado. M.N.F. solamente concurrió al lugar de trabajo un par de días, y no fue más”, afirma la presentación escrita.
Dos circunstancias fueron las que determinaron dicha situación. La primera es que M.N.F. se tuvo que presentar en donde funcionaban las oficinas de CORFO donde en ese momento se vivía “un clima de tensión”.
En segundo lugar, se rompió la relación laboral entre Jaramillo y Torres Otarola, por lo que aquella le dijo a su hija que no concurriera más a trabajar al ministerio.
“En todo este contexto, debemos destacar una situación relatada por la testigo. Es que al momento de que Torres Otarola le ofrece el cargo para su hija, la misma le habría referido que cumpliría funciones de secretaria privada de la funcionaria y que el sueldo sería de 20.000 $, sin tener conocimiento la deponente que los haberes correspondientes al cargo que fuera designada su hija eran de 43.558 $, situación que pone en evidencia la intención de quedarse con más de la mitad del salario, por parte de la funcionaria”, señala el Ministerio Público Fiscal.