Julio López, el sospechoso, se entregó a la Justicia, acusado de intentar matar a Jennifer Dusinsky quien primero declaró que había sido un accidente y más tarde lo acusó de empujarla al vacío.
El operativo de rescate de Jennifer Dusinsky (21) y Julio López (37) parecía una película. Escaladores y drones trabajaban alrededor de una pareja que, a simple vista, acababa de sufrir un accidente terrible: ella había caído del acantilado y estaba viva. Pero fracturada sobre una roca. Él todavía colgaba del precipicio.
Aunque se conoció en las últimas horas, el hecho ocurrió el 21 de octubre pasado en el sur de Mar del Plata,y si bien al principio la joven declaró que ambos se habían caído desde la cornisa, los investigadores dudaron de su versión y centraron las sospechas en un intento de femicidio. ¿Se cayeron realmente? ¿Él la empujó? ¿La víctima mintió ante los investigadores para proteger a su victimario?
El caso, que lleva adelante el fiscal Alejandro Pellegrinelli, no es sencillo. Al tratarse de un lugar absolutamente silvestre, no hay cámaras de video ni había testigos ese miércoles que hayan observado el momento en que, se sospecha, López arrojó a Dusinsky. La joven se salvó inexplicablemente y terminó internada en el Hospital Interzonal de Mar del Plata con fracturas de pelvis y de tibia y peroné, adelantaba el diario La Capital.
El fiscal encaró desde el minuto cero el caso con perspectiva de género, pero se encontró con el testimonio de Jennifer que lo frenó. Ella les repitió a los policías y rescatistas que la asistieron lo mismo que dijo cuando llamó al 911 después de impactar contra una roca de la playa y estar más de 10 minutos inconsciente: que había sido un accidente.
Sin embargo, pocos días después del hecho, Jennifer escribió las primeras letras contra López en su muro de Facebook. “Y bueno así es el amor. Así los celos cuando una relación no va. Después de tantos meses vuelve y justo se entera con quién andaba o algo. Todo puro celos, pero Dios se encarga de todo. A mí me arruinó la vida de no puede (sic) caminar, me quebró la cintura y la pata, me arruinó la vida y la de mis hijos”, y también dijo “casi me mata” y “me llevó allá a matarme y no pudo el gato, tuve un dios aparte, 30 metro caí”.
Días más tarde, Pellegrinelli también accedió a un audio de WhatsApp en el que Jennifer le decía a una de sus hermanas que, en realidad, López la había empujado hacia el vacío. “Me dijo: ‘Te tengo que matar’”, reveló a su familia. Con ese indicio, y el testimonio coincidente de familiares de la víctima sobre el tipo de relación que tenía con López, el fiscal pidió la detención del sospechoso.
López, tras una semana prófugo, quedó detenido. Está acusado de tentativa de femicidio y si fuera encontrado culpable podría pasar hasta 10 años en prisión. Según relataron fuentes policiales a Infobae, después del episodio el hombre se internó en una clínica de rehabilitación.
Los investigadores lo supieron enseguida y hablaron con los médicos: acordaron que el hombre pasaría unos días allí para estabilizar su salud (y probablemente diseñar una estrategia judicial). El sospechoso se comprometió a entregarse luego. Y así lo hizo.
El acusado está encerrado desde el lunes pasado. Al día siguiente de entregarse declaró ante Pellegrinelli durante más de tres horas. Contó una historia que, a los ojos de los investigadores, tiene una gran parte de veracidad pero lejos está de aliviar su posible culpa por lo que ocurrió en el acantilado.
El hombre relató que ellos tenían una relación violenta y enfermiza, condicionada por sus respectivas adicciones a drogas. Dijo que ella le pegaba a él. Fuentes del caso adjetivaron a Infobae la relación: “tóxica”. Dusinsky y López tuvieron un hijo hace menos de dos años. Para ella fue su segunda criatura y, para él, la cuarta. Estaban separados desde agosto, aunque según declaró él la noche previa al episodio en cuestión la pasaron juntos “de caravana” y de allí se fueron a la zona de los acantilados.
“Ella se asomó al acantilado, estaba jugando con unas llaves, y yo intenté manotearla para que no se caiga, trastabillamos y nos caímos”, relató el acusado. López y Dusinsky rebotaron en un “descanso” del precipicio; él quedó agarrado a la tierra y ella siguió su caída.
Pero luego, Jennifer contó otra historia. “Él me llevó al acantilado diciendo que me iba a matar, que no me iba a dejar viva porque si vivía lo iba a denunciar. Me dice ‘te tengo que matar’. Y llegamos al acantilado y no quería bajar del auto. Me dice bajate ya. Yo ‘por favor no me hagas nada’. (Me dijo) Que me baje porque me iba a tirar con el auto», relató la joven a la prensa local.
Dusinsky siguió con su relato: «Me baja y me lleva al borde del acantilado y me tira y me dice ‘te tengo que matar, no vas a quedar viva’. Cuando siento que estoy por caer lo agarro de la remera porque no quería caerme y me agarra y caigo de cabeza y doy vuelta, reboto con la columna y caigo desmayada en las piedras. Después de 30 minutos reviví pero no podía mover la cintura ni las piernas. Me pude arrastrar contra una piedra. No sé cómo hice”.
Cuando revivió, Jennifer llamó a la Policía. Al llegar, los agentes no podían creer que hubiera sobrevivido a una caída tan violenta. De allí fue trasladada al hospital, donde después de haber recibido curaciones fue externada por riesgo a que contraiga covid-19.
“López sostiene que fue un accidente, que cayeron abrazados y de pie al descanso. Y agrega sobre la manera de relacionarse entre ambos que eran ‘dos personas con el eje trazado por la cocaína’”, contó una fuente de la investigación a este medio.
López declaró que la violencia era mutua y recíproca y advirtió al fiscal Pellegrinelli que él denunció a Dusinsky tiempo atrás ante los juzgados de Familia y que le impusieron a Jennifer una orden de restricción de acercamiento a él.
La Justicia comprobó que eso es cierto y también que había un dictamen judicial en la causa de familia que “ordenaba” la internación de la mujer para tratar sus consumos problemáticos. El hombre además agregó que su pareja era violenta con terceros. “Nos tuvimos que mudar porque agredió a la mujer que nos alquilaba el departamento”, contó.
“Ella fue haciendo declaraciones que fueron cambiando, al principio insistimos porque sospechamos que su versión del accidente podía estar forzada pero ella la sostuvo. Siempre negó la cuestión femicida, hasta que en algunos audios que mantiene con una hermana, cambia la versión y entre llantos y dolores dice que él la tira. Es una situación sin testigo y hay un círculo de violencia recíproco subyacente”, explicaron fuentes del caso a este medio, pero remarcaron que la investigación se centra en “un círculo de violencia de género” y que la causa está planteada desde esa perspectiva. “Después se puede desentrañar el cómo y cuándo de la relación”, aclararon.
El fiscal del caso tiene algo menos de 30 días para pedir la prisión preventiva de López, quien está detenido en la alcaidía de la unidad penal de Batán y será sometido en los próximos días a pericias psicológicas. En la oficina de Pellegrinelli explicaron que, a pesar de la perspectiva de género que lleva el caso, “la idea de si quiso matarla hay que acreditarla, partimos de una situación de violencia de género pero hay que reconstruir porque el historial de la pareja es violento y también hay testigos que dan cuenta de que ella es violenta«.
Fuente: infobae.com