María Dolores Delgado tiene 67 años, padece diabetes, neumonía y está internada en estado de coma en el Hospital General de Agudos Dr. Teodoro Álvarez, comenta BigBangNews.
El último miércoles, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, fue dado de alta y seguirá su recuperación aislado en su casa, a casi dos semanas de haber confirmado que había dado positivo de coronavirus.
El jefe comunal se recuperó luego de ser tratado con plasma de pacientes recuperados en el Hospital Municipal de Lavallol, tras presentar algunas complicaciones acrecentadas por su asma y la insuficiencia renal que padece a raíz del tratamiento oncológico al que se sometió años atrás.
Esto, sin embargo, despertó la polémica: ¿todas las personas tienen acceso a este tratamiento o solo algunos pocos?. «No es una cura, no está comprobado científicamente y en la Argentina son muy pocos los casos que comenzaron a tratarse de esta forma. Solo se les diagnostica y se les da a los pacientes críticos o graves», sostuvo el propio Insaurralde, ya desde su casa, en medio de los cuestionamientos.
De hecho, sólo en la provincia de Buenos Aires ya hubo 150 transfusiones de plasma exitosas a enfermos de COVID-19. La provincia y la Ciudad de Buenos Aires prevén el tratamiento con plasma de pacientes recuperados ante sintomatología respiratoria y otros síntomas asociados. Este procedimiento se lleva adelante principalmente en pacientes considerados de riesgo, con enfermedades patológicas preexistentes.
Las críticas contra el sistema surgieron a partir de la publicación de Noelia Gómez, una joven de 26 años que acudió a las redes sociales para publicar un fuerte video de su papá, Oscar, quien se encuentra internado en el Hospital Santojanni tras haber dado positivo de coronavirus.»Es asmático crónico. Necesita si o si la donación de plasmas, pero en el hospital Santojanni le dejaron más que claro, que es imposible», remarcó.
El propio Oscar a través de un video grabado desde la sala de interrelación remarcó que las autoridades del hospital lo «sentenciaron a muerte» al negarle el tratamiento: “Hoy me enteré de que soy un condenado a muerte. Tengo coronavirus. Pregunté a diferentes enfermeros y doctores sobre el plasma que salva vidas. Me dijeron que en este hospital no se usa. Uno, como disculpándose, me dijo: ‘No es para nosotros, es para otro tipo de gente”.
La viralización del video generó un nuevo anuncio de su hija Noelia, para dar a conocer que la llamaron del Ministerio de Salud (no especificó si se trató de la Nación o el porteño) y le afirmaron que Oscar comenzará el tratamiento el viernes. “Nosotros seguimos esperando el plasma para mi papá, el traslado de hospital si es necesario ya que no nos dan ninguna solución en el que está. Todos somos humanos, no esperen a que sea tarde”, reclamó.
Pero casi a la par, surgió otro conmovedor pedido: el de Gustavo Domínguez, un empleado de seguridad de Bajo Flores, quien desde hace más de 25 días reza por la salud de su mamá, María Dolores Delgado de 67 años. La mujer se encuentra internada en estado de coma en el Hospital General de Agudos Dr. Teodoro Álvarez, ubicado en Aranguren 2701, desde hace casi un mes.
En un video que publicó en su cuenta de Facebook, Gustavo reclamó que las autoridades sanitarias le negaron la posibilidad del tratamiento a su mamá y advierte que ahora ya es tarde para ella, ya que se encuentra «en manos de Dios» a causa de su delicada condición. «Mi mamá está en estado crítico, delicada. No hay mejoría alguna. Su situación es delicada porque además tiene diabetes», le explicó, conmovido, a BigBang.
María Dolores fue inducida al coma por los profesionales que la atienden en ese nosocomio desde hace al menos 15 días debido a que su cuadro de coronavirus comenzó a deteriorar su salud. La mujer continuó con fiebre durante casi todos los días después de contraer la enfermedad, además presentó complicaciones respiratorias y contaba con factores de riesgo preexistentes: «No podía respirar por si sola y se le generó una neumonía», explicó.
Y siguió: «Tampoco le podían controlar la temperatura. En ese momento, yo reclamé por el tema del plasma, desde el principio lo hice y me dijeron que solo era ´para ciertas personas´. Me parece perfecto que a Insaurralde lo traten así, pero todos queremos volver a ver a nuestras familias. Yo entiendo que los médicos hacen lo mejor y se los voy a agradecer. Pero me hincha las pelotas que me den esa respuesta ¿qué son ciertas personas?».
Según explicó Gustavo, a su mamá no le hicieron ningún tipo de análisis para determinar si era «compatible» con el tratamiento que, si bien no es una cura y todavía no existe evidencia científica a nivel mundial y las autoridades piden cautela, los profesiones admiten que podría ser la llave para evitar un colapso del sistema sanitario. «Ya mi mamá está en coma, es tarde y necesita de un milagro. Pero pido que sea una obligación la donación de plasma», exigió.
Semanas atrás, Gustavo, su papá, de 79 años y su mamá dieron positivo de COVID-19. El empleado de seguridad fue asintomático y fue aislado durante 15 días en un hotel para evitar que el virus se propague. A pesar de su edad, su papá se recuperó, aunque su mamá no corrió con la misma suerte: «A ellos les dio positivo y me fui a hacer el hisopado, que no me querían hacer porque no tenía síntomas. ¡Eso no me parece lógico tampoco!».
Y continuó: «Estuve 36 horas en el hospital porque en la vereda tienen unos contenedores de plástico que usan como consultorio. Hace más de 19 días que salí del hotel, pero en ese tiempo hablaba con los médicos y con mi mamá por teléfono. Los médicos me decían que saturaba bien, pero ella insistía que no podía respirar. Ella me decía que le dolía mucho, que no podía respirar y que tenía mucha fiebre».
En ese marco, explicó que sabe que no todas las personas son «compatibles» con el tratamiento, pero advirtió que a su mamá «ni siquiera le hicieron los estudios para intentarlo». «Sé que no todas las personas son compatibles y pueden hasta rechazar el trasplante, pero ni siquiera le hicieron los estudios a mi mamá. Yo esto no lo pido ahora, que ella está en coma y necesita de Dios para sobrevivir, lo pedí cuando ella aún estaba consciente», remarcó.
El hombre, empleado de seguridad, con un salario de 27 mil pesos por mes, asegura que llegó a creer que al tratamiento solo acceden las personas con alto poder adquisitivo y que hasta pensó en donar plasma para su mamá: «Me explicaron que no puedo donar porque tiene que pasar 20 días más después de haberme recuperado. También me dijeron que es una ruleta rusa, que mi donación no iba a ir directamente a ella, sino a otra persona».