En líneas generales, todos sabemos cuáles son las consecuencias de la sequía. No es un dato nuevo que la falta de lluvias genera un riesgo mayor de incendios, aumenta la probabilidad de muerte de los animales, afecta también a los cultivos y por supuesto, repercute en la salud de los seres humanos, precisa TN.
Lo que nadie imaginó es que este fenómeno de la naturaleza impactaría en el duelo de una familia, que desde hace más de un año tiene pendiente cumplir el último deseo de un ser querido.
En las redes sociales, la licenciada en Administración Agraria Cecilia Vignau aseguró que tenía para “contar la mejor historia de la sequía”, y detalló la situación: “En enero de 2023 se murió mi mamá. Como ella era de Junín, nos pidió que tiremos sus cenizas desde el espigón de la Laguna de Gómez. Todavía tenemos la cajita en casa. Se aceptan ideas”.
“Es como si mi mamá no se quisiera ir”
En diálogo con TN, contó que a principios del año pasado a su mamá Nelly le detectaron un cáncer y murió a la semana. La mujer tenía 72 años y hasta sus 20 había vivido en Junín, ciudad bonaerense que marcó su existencia y la de su entorno más cercano, para siempre.
“Tengo familia allá y nos iban mandando fotos de cómo se venía secando la laguna. Nunca imaginamos que iba a desaparecer… Es como si mi mamá no se quisiera ir, porque nos pidió que no la metamos en una bóveda inmunda y que tiremos sus cenizas allá”, dijo Vignau.
La hija de Nelly recordó que cuando era chica pasaban tardes enteras disfrutando de la laguna “que era tan profunda que te podías ahogar”. “Era nuestro lugar de encuentro con tíos, primos, amigos… Tengo vividos momentos maravillosos ahí y para mí en ese entonces era un mar, un espejo de agua gigante”, explicó.
“No imaginamos hasta qué punto nos iba a afectar la sequía”
La Laguna de Goméz fue tan importante para ellos, que el paisaje era uno de los escenarios que más pintaba Nelly en sus cuadros, y que más espacio también ocupó en la biografía que escribió durante la pandemia. Según las anotaciones, en su juventud “el gran entretenimiento en el balneario era el tobogán gigante”, y “cuando se inauguró, era una locura de gente”.
“El piso de la laguna era de barro, y la verdad daba un poco de asquete entrar”, describió la mamá de Cecilia en su biografía y aseguró que en la zona “había muchos flamencos que desaparecieron cuando empezó la motonáutica a ponerse de moda”. “¡Una pena!”, opinó en el escrito.
Conociendo su último deseo, la familia de Junín había consultado si era posible concretarlo. “Mi tío se tomó el trabajo de ir a preguntar a la Municipalidad si se podían tirar las cenizas y nos habían dicho que sí, pero bueno… no imaginamos hasta qué punto nos iba a afectar la sequía”, dijo Vignau.
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A pesar del pendiente, lograron hacerle una despedida llena de amor, humor y arte. “Puse sus cuadros como si fuera una exposición, hicimos una suelta de globos y la ceremonia de las cenizas era la última parte. Nos tomamos la muerte con humor, me causa gracia que justo se haya secado ahora”, contó.
Las cenizas de Nelly están sobre una cómoda, en la casa de Cecilia, y toda la familia se hace la misma pregunta que los habitantes de Junín: ¿Habrá laguna de nuevo?