“Fue repugnante”, dijo la británica Amanda Gommo sobre el duro momento que vivió. Se contagió con un virus gastrointestinal que le provocó graves síntomas.
Una mujer británica tuvo que ser internada durante tres días después de un incidente insólito: el perro de su hija le defecó en la boca mientras dormía, precisa TN.
Amanda Gommo contó que estaba durmiendo una siesta por la tarde cuando el chihuahua enfermó y sufrió una diarrea repentina, según el New York Post.
“Estaba durmiendo la siesta a la tarde con Belle, como siempre lo hago, cuando de repente sentí que algo salía a chorros en mi boca”, dijo Gommo. Después de eso, la británica estuvo vomitando durante horas. “Fue repugnante. No podía quitarme el sabor de la boca”, explicó.
La hija de Gommo llevó a la mascota al veterinario, que le diagnosticó un virus estomacal.
Con el correr de las horas, la mujer de 51 años comenzó a tener los mismos síntomas que el perro y acudió al médico. Le recetaron tres analgésicos para los calambres estomacales y le recomendaron beber mucha agua para eliminar cualquier posible infección.
Pero los síntomas empeoran en las 48 horas siguientes, y el dolor se extendió a todo su cuerpo. Fue trasladada a un hospital donde médicos le diagnosticaron una infección gastrointestinal que había pasado a través de las heces del chihuahua.
“Estaba tan deshidratada por estar enferma y tener diarrea que mis riñones se habían reducido a la mitad de su tamaño”, explicó. Gommo, que sufre la enfermedad de Crohn, estuvo ingresada en observación tres días hasta que consiguieron eliminarle la infección.
“Mi nota de alta decía que había sufrido una infección gastrointestinal causada por un perro que defecaba en mi boca, algo que los médicos nunca habían visto antes”, contó.
La británica ya fue dada de alta y ahora se recupera en su casa. “He perdonado a Belle por su pequeño accidente y aún la amo con todo mi corazón”, declaró Gommo. “¡Pero definitivamente seré más consciente de en qué posición dormiremos en el futuro!”, aseguró.
