Los vecinos de la zona baja del Cerro Chenque aún esperan una respuesta desde la empresa Rigel. La familia González reiteró el pedido a la encargada de los trabajos, pues las obras que llevan adelante repercuten en su vivienda, tanto por los movimientos de tierra como por el direccionamiento en la caída de agua.
Eudomi González, propietaria de la casa que se ubica sobre el final de la calle Huergo, manifestó a diario Crónica: “Les pedimos a los señores de la empresa Rigel que se hagan cargo de lo que pudiera suceder. No puede ser que las máquinas dejen la caída del agua hacia las viviendas”.
El inconveniente se relaciona con el último camino que la empresa realizó para que transiten las máquinas abocadas al aterrazamiento. Al parecer, este sendero no tiene una contención en la parte de abajo -en la ladera del cerro- y con el movimiento de los vehículos de gran porte las vibraciones en las viviendas son constantes. Otro inconveniente es que, con las últimas grandes lluvias, la cantidad de barro que baja por este camino es mayor.
Este nuevo camino está instalado hace algunos meses y se ubica a pocos metros de las viviendas de la familia González, a quienes en ya una oportunidad el agua proveniente del cerro les derribó un paredón, que luego la empresa volvió a levantar. “El agua baja con mucho estruendo” explica la mujer. El líquido baja con gran velocidad, fraguando el terreno y creando un lodo que rodea la casa. Además de la suciedad que genera, tapa cañerías y golpea la vivienda, por lo que los moradores temen que algo pudiera sucederle a la vivienda.
“Le pedimos a la empresa que se haga responsable de lo que pueda pasar con nuestras viviendas. No puede ser que las máquinas dejen la caída de agua para los patios de las viviendas. Hemos pasado momentos muy angustiantes porque el agua viene por debajo de las piedras y tenemos miedo que se nos caigan en cualquier momento -explicó-. Queremos que nos den una solución”.
