Con el protagonismo de unos 20 ministros nacionales y de la provincia de Buenos Aires, hoy Cambiemos saldrá a poner la cara en un timbreo nacional que -saben- no será sencillo. Los vecinos del electorado propio de clase media de Capital y Gran Buenos Aires están entre enojados y decepcionados y los más politizados de la oposición están esperando ver algún funcionario para expresar su protesta. En el interior, en cambio, hay regiones enteras que están viviendo un momento especialmente próspero y el ánimo es notoriamente más positivo, a pesar de la inflación.
Como sucede habitualmente, los más altos funcionarios se desparramarán en los distritos del conurbano que no gobierna el oficialismo. Es el caso de Alejandro Finocchiaro, Jorge Triaca, Pablo Avelluto y Mario Quintana, que se desparramarán en La Matanza, Moreno, Tigre y Merlo, respectivamente. El caso de los bonaerenses es similar. Santiago López Medrano irá a San Martín, por ejemplo.
El que no estará es Mauricio Macri, de regreso desde la cumbre de los BRICS, que se realizó en Johannesburgo, ni tampoco Gabriela Michetti, que lo reemplazará en la inauguración de la Sociedad Rural. Está en duda la presencia Marcos Peña, que tratará de acercarse a alguna esquina a último momento, aunque no lo tiene seguro, ya que confirmó su presencia en el Predio Ferial de Palermo y no parece sencillo que pueda salir rápidamente de ahí para llegar a algún rincón del conurbano –según publica Infobae-.
Lilita Carrió tampoco será de la partida. Está en Chaco en la casa de su madre, y allí se quedará. De todos modos, formarán parte del timbreo otros dirigentes de la Coalición Cívica, como Fernando Sánchez.
En cambio, está confirmada la gobernadora María Eugenia Vidal en el timbreo, que espera constatar que los vecinos que no están en el debate político no le harán ningún comentario sobre los aportantes truchos a la campaña de Cambiemos, una discusión muy instalada en los medios de comunicación y en las redes por estos días, que llegó al ámbito judicial y también al Congreso.
De todos modos, el timbreo es nacional. Y lo hacen -en general- más los dirigentes del PRO que los radicales. En Mendoza, en Jujuy, en Corrientes, donde gobiernan los radicales, salen los del PRO. En Río Negro, en Tierra del Fuego, en Neuquén, en Santa Fe, en Tucumán, en La Rioja, donde gobiernan partidos que no son de Cambiemos, los radicales se suman a esta tarea de militancia que tiene la impronta de «cercanía» de la política del siglo XXI que busca representar Macri. En todos los casos, la marca que se utiliza es «Cambiemos».
El último timbreo que se realizó fue el 21 de abril y los dirigentes se encontraron con muchos vecinos enojados por la suba de las tarifas. A partir de ese momento empezaron a dilatarse, uno fue suspendido por mal tiempo, otro por el partido de octavos de final que Argentina perdió con Francia y se llegó a discutir la posibilidad de darlos definitivamente por concluidos, aunque nunca quisieron reconocerlo oficialmente.
El periodista Federico Mayol, de Infobae, había revelado que se estaban evaluando acciones segmentadas, ya que timbrear se estaba convirtiendo en una herramienta de cercanía «poco espontánea», pero cuando salió a la luz ese debate interno, el Gobierno se apuró a confirmar una nueva fecha de timbreo, que será mañana.