Sigue el fuego cruzado entre EEUU y China: mercados en vilo

El presidente estadounidense, Donald Trump, continúa su «guerra de tuits» en la disputa comercial con China, instando a «fabricar los productos en casa, en Estados Unidos», para que no haya aranceles. El presidente estadounidense, Donald…

martes 14/05/2019 - 10:48
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El presidente estadounidense, Donald Trump, continúa su «guerra de tuits» en la disputa comercial con China, instando a «fabricar los productos en casa, en Estados Unidos», para que no haya aranceles.

El presidente estadounidense, Donald Trump, continúa su «guerra de tuits» en la disputa comercial con China, instando a «fabricar los productos en casa, en Estados Unidos», para que no haya aranceles.

«También pueden comprar en un país sin aranceles en lugar de China», agregó, afirmando que «muchas compañías están dejando China para ser más competitivas para los compradores estadounidenses».

«Somos el ‘chanchito alcancía’ del que todos quieren aprovecharse», aseguró Trump, agregando que «podemos hacer un acuerdo con China mañana» pero «la última vez que estuvimos cerca quisieron renegociar el acuerdo. De ninguna manera».

«En un año -dijo en otro tuit- los aranceles reconstruyeron nuestra industria siderúrgica, que ahora está en pleno boom».

«Miles de millones de dólares y empleos están volviendo a Estados Unidos, adonde pertenecen. Otros países ya están negociando con nosotros porque no quieren que esto les ocurra», insistió el presidente estadounidense.

También aseguró que los granjeros estadounidenses serán «los grandes beneficiados por lo que está ocurriendo ahora».

En tanto, los aranceles impuestos por Trump, a productos chinos y que han intensificado la guerra comercial acelerarán la inflación del país norteamericano y podrían afectar el crecimiento de su economía, dijo este martes una influyente autoridad de la Reserva Federal.

La economía estadounidense está en «un muy buen lugar», con una baja tasa de desempleo y una recuperación de las empresas y de la confianza del consumidor, dijo el presidente de a Fed en Nueva York, John Williams.

«La economía ha repuntado de una manera bastante sólida luego de una serie de datos débiles a fines del año pasado y principios de este año», declaró a Bloomberg Televisión.

Los aranceles que Estados Unidos impuso a bienes chinos han incrementado los precios ligeramente y ralentizaron el crecimiento, según Williams, que es vicepresidente de la comisión que fija la política monetaria de la Fed.

«A medida que los gravámenes vayan aumentando, asumiendo que eso va a pasar, los efectos serán mayores, impulsarán la inflación el próximo año y posiblemente tendrán un impacto negativo en el crecimiento», afirmó Williams tras un evento en Zúrich.

«Podríamos tener un par de décimas o dos décimas más en la tasa de inflación en el próximo año basándonos en lo que ya se ha anunciado en materia comercial. Si hay una nueva escalada en términos de aranceles, esos efectos serán incluso mayores», sostuvo.

Cabe destacar que una lista de bienes afectados por los aranceles de Washington contra importaciones chinas con un valor de 300.000 millones de dólares incluirá celulares y computadoras portátiles, pero excluirá medicamentos y materiales de tierras raras, dijo el lunes la oficina del Representante de Comercio estadounidense.

La oficina agregó que se realizará una audiencia pública el 17 de junio sobre la lista de 3.805 categorías de productos que podrían ser sometidos a aranceles de hasta un 25%. Los comentarios de refutación tienen siete días después de la audiencia, un período mucho más corto que el de rondas previas.

Artillería china

China replicó el lunes, con una nueva salva de aranceles a productos importados de Estados Unidos, a las medidas similares adoptadas por Trump.

China importa casi cuatro veces menos productos estadounidenses de los que exporta hacia Washington, por lo cual resulta complicado responder ojo por ojo y diente por diente a las sanciones comerciales de Trump.

A partir de junio, Pekín va a aumentar los aranceles en 10%, 20% y 25%. Sumado a anuncios anteriores, el aumento de los aranceles cubre casi 110.000 millones de dólares sobre un total de 120.000 millones de importaciones chinas.

En el caso de que se intensifique la guerra comercial entre ambos países, Pekín cuenta con numerosas alternativas a la suba de los aranceles.

El iPhone X, los automóviles Buick, las cafeterías Starbucks y las producciones de Hollywood son algunos de los productos estadounidenses mejor vendidos en China. Además, la marca Tesla planea instalar ahí fábricas de automóviles eléctricos.

«China puede vengarse con las empresas estadounidenses activas en su territorio (…). Puede imponer exigencias reglamentarias, retrasar el tránsito por aduanas» o imponer controles sanitarios y fiscales más severos, señaló en una nota Barry Naughton de la Universidad de California.

Pero este plan de acción puede impactar negativamente la imagen «reformista» y abierta que Pekín se esfuerza en proyectar al mundo.

Desde mayo, las inspecciones aduaneras de carne de cerdo y automóviles estadounidenses ya se han vuelto más minuciosas.

Este verano, Pekín rechazó la fusión del fabricante estadounidense de microprocesadores Qualcomm con su rival holandés NXP, poniendo así un alto a esta megatransacción comercial de alcance global.

La posible conclusión de la fusión queda en manos las autoridades reguladoras chinas. China podría boicotear a las empresas estadounidenses, lo que sería mortal para grupos como General Motors, que vende más automóviles en China que en América del Norte.

Los medios de comunicación estatales se han mantenido por ahora al margen de la disputa, pero las incitaciones al boicot ya circulan por las redes sociales.

«Si 1.300 millones de chinos se desencantan de Estados Unidos, será algo muy difícil de reparar», advirtió Wu Baiyi, investigador en la Academia de Ciencias Sociales.

Según una encuesta del Financial Times publicada en julio, un 54% de chinos afirman que «probablemente» o «seguramente» dejarían de consumir ciertas marcas.

«Las campañas de propaganda ya se han llevado a cabo con eficacia y rapidez en el pasado», señaló Mark Williams de Capital Economics.

Las campañas contra Japón en 2012 o Corea del Sur el año pasado «provocaron un colapso del 50% en las ventas de las marcas automovilísticas de ambos países en un mes».

El riesgo de esta estrategia es que podría perjudicar a los millones de ciudadanos chinos empleados de compañías estadounidenses y de sus asociados locales. Pekín podría tratar de limitar el número de estudiantes y turistas que van cada año a Estados Unidos, restringiendo, por ejemplo, el número de paquetes de viaje organizados.

El año pasado, con 350.000 estudiantes, los chinos representaron un tercio de los universitarios extranjeros en Estados Unidos.

La cantidad total de gastos chinos en turismo o en educación en Estados Unidos se acerca al de las importaciones chinas de soja o de aviones estadounidenses. China es clave para el fabricante de aviones Boeing, que vende un cuarto de sus productos en este país en donde la gran mayoría de las aerolíneas son controladas por el gobierno. Pekín «podría ajustar su volumen de compra de estos aparatos», amenazó en enero el periódico estatal Global Times. China es el principal poseedor de la deuda estadounidense, evaluada en alrededor 1,2 billones de dólares.

Pero vender una gran parte de ella sería riesgoso, ya que cualquier desestabilización de los mercados podría devaluar los bonos de tesoro que posee Pekín. ¿El Banco Central Chino es capaz de bajar la cotización de su moneda, el yuan, para apoyar a las empresas exportadoras, de acuerdo con las acusaciones de Donald Trump?

La opinión general es que Pekín no orquestó la caída estival del yuan frente al dolar, sino que ésta fue simplemente un resultado de las tensiones comerciales.

Disminuir el precio del yuan de manera prolongada podría provocar importantes fugas de capital fuera del país, algo que las autoridades chinas quieren impedir a todo precio.

Mercados: Asia y Europa

Las principales bolsas europeas abrieron en alza este martes, al día siguiente de una fuerte caída provocada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.

El FTSE-100 de la bolsa de Londres abrió en alza de 0,32%, el DAX de Fráncfort subía 0,27% y el CAC-40 de París 0,56%. En Madrid, el Ibex-35 arrancó la jornada con una subida de 0,39%.

La bolsa de Tokio cerró en leve baja de 0,6% este martes a pesar de haber abierto con una caída superior de 2% debido a las represalias comerciales de China contra Estados Unidos.

El índice Nikkei de los 225 principales valores perdió 0,6%, a 21.067,23 puntos. Por su parte, el índice Topix de todos los valores perdió 0,40%, a 1.534,98 puntos.

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