Siete errores comunes al tomar sol en vacaciones y cómo evitarlos para estar protegidos

La exposición solar, especialmente durante los meses de verano, incrementa los riesgos de daños en la piel como quemaduras, envejecimiento prematuro y cáncer. Qué recomiendan los especialistas para cuidarse incluso en días nublados o durante las actividades cotidianas.

martes 07/01/2025 - 13:16
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Durante las vacaciones de verano aumenta la intensidad de los rayos solares, y sumado a eso, las personas pasan más tiempo al aire libre, lo que convierte a la protección solar en una necesidad cotidiana, no solo en actividades de recreación, sino también durante las tareas diarias.

«El uso de protector solar es el mejor cuidado antiage y la medida más efectiva para prevenir los daños que la radiación solar puede causar en la piel», destacó a Infobae la médica dermatóloga de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) Lilian Demarchi, quien recalcó la importancia de extremar los cuidados durante los días de descanso.

En el mismo sentido, el médico dermatólogo de la SAD Christian Sánchez Saizar afirmó que «los rayos UV no solo están presentes en la playa o en la montaña, sino también en contextos urbanos y a través de superficies como vidrios, lo que hace indispensable el uso constante de protector solar».

Según ambos especialistas, el daño solar no siempre es inmediato y visible, ya que el fotodaño acumulativo se manifiesta con el tiempo en forma de arrugas, manchas, pérdida de colágeno y, en los casos más graves, cáncer de piel.

Consejos para mantener la piel saludable durante el verano

El cuidado de la piel y los labios durante los meses de calor requiere especial atención debido al efecto combinado del sol, el viento y las altas temperaturas. Según los especialistas, una correcta hidratación y protección son clave para prevenir daños y mantener una apariencia saludable.

Una de las principales recomendaciones es el uso de protectores solares con un factor de protección (FPS) adecuado al tipo de piel. Las pieles grasas o mixtas, por ejemplo, se benefician de productos libres de aceites y de rápida absorción, según explicó la dermatóloga Verónica Muchnik.

Además, es clave reaplicar el protector cada dos horas o después de actividades como nadar o sudar, para mantener su efectividad.

El cuidado no debe limitarse solo a la piel del rostro y el cuerpo, ya que los labios también están expuestos a los efectos del sol. Utilizar bálsamos labiales con FPS puede prevenir la sequedad, las grietas y el envejecimiento prematuro en esta zona tan delicada. Asimismo, la hidratación interna es fundamental: consumir agua, frutas y verduras con alto contenido de líquido ayuda a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo y contribuye a una piel más saludable desde adentro.

Errores comunes al tomar sol y cómo evitarlos

1- Exposición en horarios de máxima radiación

Permanecer al sol entre las 11 y las 16, cuando la radiación ultravioleta (UV) alcanza su mayor intensidad, puede resultar perjudicial si no se toman las medidas del caso.

Los expertos recomiendan evitar la exposición directa durante este período. Si es imprescindible estar al aire libre, buscar sombra, usar sombreros de ala ancha, ropa con protección UV y aplicar protector solar regularmente.

2- Usar protectores solares con FPS bajo

Elegir productos con un factor de protección solar (FPS) menor a 30 resulta insuficiente para proteger contra los daños del sol.

Según los especialistas, «utilizar protectores solares con FPS de al menos 30, preferentemente 50, para bloquear mejor los rayos UV. Este paso es esencial para evitar quemaduras y reducir el riesgo de envejecimiento prematuro y cáncer de piel».

3- Aplicar el protector solar de forma incorrecta

Para que su protección sea efectiva, estos productos tienen una serie de indicaciones que conviene seguir.

Colocarlo al menos 15-30 minutos antes de salir para permitir que la piel lo absorba y reaplicarlo cada dos horas o después de nadar o sudar, incluso si el producto es resistente al agua es lo que aconsejan los expertos.

Asimismo, recomiendan no emplear un único producto para todas las áreas, y tener en cuenta que la piel del rostro tiene diferentes necesidades.

4- Confiar únicamente en el protector solar

Pensar que el protector solar por sí solo es suficiente para evitar los daños del sol.

Es imprescindible complementar la protección con medidas físicas como sombreros, gafas de sol con filtro UV, ropa con tejidos de protección ultravioleta y evitar reflejos solares en superficies como el agua o la arena.

5- Descuidar la hidratación

No beber suficiente agua ni consumir alimentos hidratantes provoca sequedad en la piel y deshidratación general.

Los especialistas aconsejan beber abundante agua y consumir frutas y verduras con alto contenido hídrico, como sandía, pepino y naranja. También es importante utilizar cremas hidratantes y bálsamos labiales para prevenir la sequía externa.

6- No cubrir todas las áreas expuestas

Omitir partes del cuerpo como orejas, cuello, pies y el dorso de las manos al aplicar protector solar.

Se debe aplicar el protector en todas las zonas expuestas al sol sin escatimar cantidad. Usar bálsamos con FPS para los labios y recordar cubrir las áreas comunes olvidadas.

7- No usar protector solar en días nublados

Es un error muy recurrente suponer que las nubes bloquean los rayos UV, dejando la piel desprotegida.

Según los especialistas, hay que aplicarse protector solar siempre, independientemente del clima, ya que hasta el 80% de los rayos UV pueden atravesar las nubes.

Elegir un protector solar adecuado y utilizarlo correctamente son pasos fundamentales para garantizar una protección efectiva contra los rayos UV. Demarchi enfatizó la importancia de optar por productos de amplio espectro, capaces de bloquear tanto los rayos UVA, responsables del envejecimiento prematuro y la pigmentación, como los UVB, principales causantes de las quemaduras solares.

«Es crucial que todos los tipos y tonos de piel utilicen protectores solares con un FPS alto, idealmente de 50, para una cobertura más completa», explicó la dermatóloga. Además, recomendó no escatimar en la cantidad aplicada.

La elección del tipo de protector solar también depende de las necesidades específicas de cada piel. Los protectores químicos, que absorben la radiación, son efectivos, pero pueden irritar las pieles sensibles. En estos casos, los protectores físicos, que crean una barrera sobre la piel, son más recomendables. Además, los productos híbridos, que combinan ambos tipos, ofrecen una solución versátil para distintos usuarios.

Impacto de los cuidados en la salud a largo plazo

Los beneficios de una rutina constante de protección solar trascienden lo estético. Evitar el fotodaño acumulativo, que puede derivar en arrugas profundas, pérdida de colágeno y manchas permanentes, es clave para mantener una piel saludable con el paso del tiempo. “El mayor daño no es el que recibimos durante las vacaciones en la playa, sino el que se acumula a lo largo de los años”, señaló Demarchi.

Además, protegerse del sol reduce el riesgo de enfermedades graves como el cáncer de piel. Según Sánchez Saizar, «la luz ultravioleta es un factor bien conocido que no solo provoca envejecimiento prematuro, sino que también está directamente vinculado con el desarrollo de cáncer de piel». La adopción de hábitos responsables puede marcar una diferencia significativa en la prevención de estas afecciones.

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