«Si hoy fuese a llover como en 2017, nos volveríamos a inundar»

Esteban Olivera es un vecino del barrio Juan XXIII que perdió absolutamente todo hace cinco años con el desastre sobre la ciudad y hoy puede contar su historia. «Cuando vimos que el agua nos ganaba,…

martes 29/03/2022 - 19:59
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Esteban Olivera es un vecino del barrio Juan XXIII que perdió absolutamente todo hace cinco años con el desastre sobre la ciudad y hoy puede contar su historia. «Cuando vimos que el agua nos ganaba, nos tuvimos que ir de nuestra casa, jamás pensé que pudiera ocurrir esto», recordó.

A exactamente cinco años del impresionante desastre que ocurrió en la ciudad, un comodorense presentó su testimonio en el lugar que más daños sufrió por causa de la gran cantidad de agua y barro que no era de esperarse en aquel entonces.

«La pasamos muy feo, nunca en la vida te imaginas que pueda llegar a pasar algo de esta magnitud. En mi caso, yo abría la puerta de mi casa y escuchaba los gritos de mis vecinos, veía la situación como si fuera un sueño. No era mi barrio ni mi patio, era algo completamente cubierto de barro y agua, en ese momento fue tratar de enfriar la cabeza y empezar a reaccionar para salvar lo que teníamos adentro», recordó Esteban, cuando el barrio Juan XXIII empezaba a quedarse tapado.

Cuando el agua ingresó a su domicilio, no solamente perdió desde colchones hasta su heladera y otros elementos importantes. También debió retirarse junto a su familia hacia la casa de unos amigos que pudieron asistirlos en medio de la catástrofe.

«Este barrio es longevo, muchos de los que están acá superan los 70 años y esa gente no se quería ir de su casa. En nuestro caso, tuvimos la fortuna de conseguir que unos amigos nos albergaran en su casa a una cuadra de donde vivimos, pero había gente que no tenía a nadie que los aloje«, rememoró.

«Resistimos 14 días, en el último día ingresó el agua a nuestra casa. Pudimos aguantarlo hasta un viernes a las 19, después nos ganó cuando pasó por arriba del paredón. Tuvimos que evacuarnos, cerrar las llaves de gas y bajar las térmicas por seguridad, después saltamos por el paredón hasta lo de los vecinos y autoevacuarnos. Cuando vimos que el agua nos ganaba, nos tuvimos que ir, no fuimos rescatados ni obligados a salir«, continúo relatando Esteban en algo que se transformó inolvidable, tanto para él como para sus familiares.

Foto ilustrativa

En el canal evacuador de la avenida Roca ya se había superado la cantidad de agua que iba a ser expulsada, por lo que el comienzo del rebalse era un hecho ya incontrolable. Y a pesar de la gran cantidad de lluvia que caía, también se le sumó una importante cantidad de basura y hasta un auto dentro del canal que obstaculizó notablemente el drenaje.

Por otra parte, el vecino del Juan XXIII destacó lo que fue el trabajo en equipo entre los vecinos e inclusive personas que no conocían, pero que dieron lo mejor de ellos para que puedan salir adelante.

«Los vecinos en aquella época aportaron mucho, pasamos un buen tiempo trabajando. Algunos eran amigos, otras eran personas que no conocíamos y estaban trabajando, ellos se acercaban con café y tortas fritas. Se conocieron las peores miserias, pero también los mejores corazones», puntualizó.

Y no solo fue tener de muy cerca el lado humano de gente conocida y de desconocidos también. «El Ejercito fue fundamental en materia de seguridad y apoyo para brindar agua potable, alimentos y cosas calientes, como enfermería también. Ellos estuvieron al lado del Gimnasio Municipal Nº2 y la ayuda nos vino muy bien para poder salir adelante«, dijo, elogiando el trabajo de una gran cantidad de militares que no tuvieron problema en dar una mano en un momento demasiado difícil para los vecinos.

Foto ilustrativa

Pero no todos dieron lo mejor de sí para con los comodorenses que peor la estaban pasando. En el caso de la iglesia y la vecinal del barrio, Esteban contó que no tuvieron respuestas y hasta inclusive no pudieron contar con su aporte. «Había otro presidente en la vecinal y nunca nos dieron respuestas, lo mismo pasó con la iglesia del barrio, que fue lo que más nos dolió porque somos católicos y nunca nos abrieron las puertas, como tampoco brindarnos donaciones a nosotros o a otros vecinos», remarcó.

Por último, no dio su mejor pronóstico ante la posibilidad de que se pueda volver a dar una catástrofe de gran magnitud. «De volver a llover como en 2017, nos volvería a pasar lo mismo». Y de ser así, agregó que ya están listos: «si vuelve a pasar, estamos preparados con compuertas y bolsas con arena, más allá de que no estemos construyendo. Sabemos que nunca van a estar de más porque puede llegar a pasar en otra oportunidad«, finalizó Esteban Olivera, relatando su momento de tensión en aquel 29 de marzo de 2017 cuando Comodoro Rivadavia quedaba tapada por el agua.

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