Su acción, ampliamente repudiada, generó indignación en redes sociales y en el ámbito político, incluso con declaraciones del primer ministro australiano, Anthony Albanese. Como consecuencia, recibió miles de amenazas y enfrentó una petición con más de 40.000 firmas para su deportación.
El video que desató la indignación
Jones, quien se autodenomina una “entusiasta de la naturaleza y cazadora”, fue grabada mientras levantaba al cachorro de wómbat al costado de una ruta, riendo y corriendo hacia un automóvil mientras la madre del animal la perseguía desesperadamente. El video rápidamente se volvió viral, provocando duras críticas por parte de conservacionistas y organizaciones defensoras de animales.
Los wómbats, marsupiales herbívoros nativos de Australia y Tasmania, son una especie protegida en el país. Sin embargo, las imágenes fueron interpretadas como un acto de maltrato animal y explotación de la fauna silvestre para generar contenido en redes sociales.
Las explicaciones de la influencer
Ante la repercusión, Jones publicó un extenso comunicado en su cuenta de Instagram, donde aseguró que su intención era “poner a salvo a los animales alejándolos de la carretera”. Según su versión, el video no fue un montaje ni se realizó con la intención de entretener, sino que actuó “demasiado rápido” y sin dar el contexto adecuado.
“La decisión apresurada que tomé en ese momento nunca fue desde una postura de hacer daño o robar un cachorro”, afirmó la influencer. Además, justificó su reacción explicando que corrió no para alejar al bebé de su madre, sino “por miedo a que ella la atacara”.
Reacciones políticas y medidas en su contra
El escándalo escaló a niveles gubernamentales. El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, desafió a Jones con una irónica declaración: “A ver si se anima a hacer lo mismo con un cocodrilo bebé para ver cómo le va con eso”.
Por su parte, el ministro del Interior, Tony Burke, informó que su departamento estaba evaluando la posibilidad de revocar la visa de Jones. Sin embargo, la influencer decidió abandonar el país antes de que se tomara cualquier medida oficial, según informó la BBC.
Críticas de organizaciones ambientalistas
Distintas entidades defensoras de la fauna australiana repudiaron el accionar de Jones. La Sociedad para la Protección de los Wómbats expresó su indignación al ver el “manejo inapropiado de un cachorro en un aparente intento de ganar Me gusta en redes sociales”. Además, denunciaron que la influencer dejó al bebé en una carretera campestre, exponiéndolo al riesgo de ser atropellado, sin que se confirmara si logró reunirse con su madre.
Por su parte, la organización PETA calificó el video como “contenido de explotación de la naturaleza” e instó a la población a dejar de utilizar a los animales silvestres como “utilería para redes sociales”.
El futuro de Jones tras la controversia
Jones, quien también se identifica como Samantha Strable y cuenta con más de 95.000 seguidores en Instagram, enfrenta ahora un fuerte escrutinio público. Mientras su imagen sigue deteriorándose, el debate sobre la interacción irresponsable con la fauna silvestre en redes sociales vuelve a estar en el centro de la discusión.
