El peronismo en el Senado ya le bajó el pulgar a la reforma laboral que el Gobierno nacional envió en los días previos al Día del Trabajador. El jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto, había enviado las primeras señales días atrás, cuando sostuvo que no iban a “desmarcarse” de la decisión que adoptara la CGT frente a las tres iniciativas.
Ayer fue todavía más taxativo: “No va a pasar por el Senado. No vamos a tratar ningún proyecto que perjudique el mundo del trabajo”, le dijo al diario Clarín. El rechazo de la bancada del senador rionegrino deja prácticamente herida de muerte a las iniciativas con las que Cambiemos buscaba beneficiar a las empresas y, entre otras cosas, modificar a la baja el cálculo de las indemnizaciones.
En la Cámara alta el oficialismo cuenta con 25 senadores, muy lejos de los 37 necesarios para el quórum. Hasta ahora venía contando con la ayuda del interbloque Argentina Federal, que también preside Pichetto y que cuenta con 24 integrantes.
El kirchnerismo, la tercera fuerza, quedó con nueve miembros tras sumar a la ex compañera de bloque de Pichetto, Silvina García Larraburu. Los senadores liderados por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al igual que otros opositores, también adelantaron su rechazo a las propuestas de reforma laboral que desde el año pasado el macrismo intenta aprobar en el Congreso.