El virrey Cisneros recibió la exigencia de convocar a un Cabildo Abierto y organizó una reunión con los jefes militares para exigirles fidelidad. El fin de su mandato comenzó a tomar forma.
TN – Los sucesos que tuvieron lugar en la jornada del domingo 20 presentan una vital importancia en el contexto revolucionario de la Semana de Mayo de 1810, que se extendió entre el 18 y el 25 de ese mes. Se trata del día en el que el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros tomó conocimiento por primera vez de las fuertes exigencias de un grupo de criollos para convocar a un Cabildo Abierto y debatir los pasos a seguir frente a la caída del último bastión de la Corona española.
Antes de dar una respuesta a las demandas, Cisneros organizó una reunión de urgencia con los jefes militares y les pidió “fidelidad al servicio de la patria”. Sin embargo, no recibió a cambio la respuesta que esperaba y el fin de su mandato comenzaba a tomar forma.
Semana de Mayo de 1810: qué pasó el domingo 20
El domingo 20 de mayo, el alcalde de primer voto Juan José de Lezica le transmitió a Cisneros la petición que había recibido el día anterior por parte de Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, y de Manuel Belgrano: convocar a un Cabildo Abierto. Frente a ese pedido, el virrey consultó la situación con el síndico procurador, Julián de Leiva, quien se mostró a favor de la demanda.
Antes de tomar una decisión final, Cisneros convocó a los jefes militares para que se presentaran ante él a las 19 en el Fuerte, donde estaba la sede del Virreinato. “Les recordé las reiteradas protestas y juramentos de fidelidad con que me habían ofrecido defender la autoridad y sostener el orden público y les exhorté a poner en ejercicio su fidelidad al servicio de la patria”, escribió en sus Memorias.
Saavedra, líder de la unidad militar más importante del Virreinato, se le plantó, tal como recordó en su biografía: “No, señor. No queremos seguir la suerte de la España, ni ser dominados por los franceses, hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos por nosotros mismos”.
“El que a V.E. dio autoridad para mandarnos ya no existe; de consiguiente usted tampoco la tiene ya, así que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en ella. Esto mismo sostuvieron todos mis compañeros”, completó quien luego iba a ser el presidente de la Primera Junta patriótica.
Recordó también Saavedra que, frente a la falta de apoyo, Cisneros no tuvo otra opción que aceptar el reclamo: “Pues señores, se hará el cabildo abierto que se solicita”.
Sin embargo, el historiador Roberto Marfany determinó tras una investigación que esa última afirmación de Saavedra, donde sostiene que Cisneros aceptó esa noche la petición, fue una inexactitud involuntaria que cometió como consecuencia de los 16 años que transcurrieron hasta que comenzó a escribir sus Memorias.
En contraposición, Marfany precisó que, en esa reunión con los militares, Cisneros no dio el visto bueno para convocar un cabildo abierto, sino que acordó su abdicación. Recién a la mañana siguiente, cuando le hicieron llegar esa renuncia para que la firmara, dio marcha atrás y reemplazó ese documento por una solicitud de cabildo abierto, con su correspondiente autorización, en un intento de mantener su autoridad.
Qué pasó el 20 de mayo de 1810: la dudosa intimación a Cisneros
Una de las versiones más difundidas respecto de lo que sucedió el domingo 20 de mayo sostiene que Juan José Castelli y Martín Rodríguez se reunieron esa noche con Cisneros para exigirle un cabildo abierto. Ambos le habrían advertido que tenía cinco minutos para decidirse y que, ante las amenazas, el virrey cedió: “Ya que el pueblo no me quiere y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran”.
Sin embargo, ese episodio surgió pura y exclusivamente de las Memorias de Martín Rodríguez, quien las escribió durante su vejez, varias décadas después de los sucesos. El dudoso relato no menciona la reunión previa entre Cisneros y los jefes militares, lo que hace dudar de su precisión.
Además, esa intimación de Castelli y Rodríguez no es mencionada en el detallado relato que Cisneros envió al Consejo de Regencia un mes más tarde, así como tampoco aparece en las Memorias de Saavedra.
Semana de Mayo de 1810: la Revolución del viernes 25
La Revolución de Mayo se concretó finalmente el viernes 25, una semana después de la primera reunión en la que surgió la idea de convocar a un Cabildo Abierto para debatir las nuevas autoridades del Virreinato, frente a la pérdida de poder de Cisneros a causa de la caída Junta de Sevilla, el último bastión de la Corona española.
De esa manera, se anunció la creación de la Junta Provisoria Gubernativa de la capital del Río de la Plata, que luego pasaría a nombrarse Primera Junta. La misma quedó constituida por Cornelio Saavedra como presidente; Mariano Moreno y Juan José Paso como secretarios; y Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Domingo Matheu, Juan Larrea y Manuel Alberti como vocales.
La Junta se comprometió a mantenerse fiel a Fernando VII, como parte de una estrategia que luego se conoció como “la máscara de Fernando”. Es que gobernar en nombre del rey de España, quien se había visto obligado a renunciar al trono en mayo de 1808 ante el avance de las tropas francesas, sirvió justamente para ocultar la intención independentista, la que se plasmó el 9 de julio de 1816.