Juan Eduardo Bovino irrumpió en la casa donde vivía Carla Rivas junto a sus tres hijos en la madrugada del primero de diciembre de 2017 . La despertó a golpes, roció todo el lugar con nafta y lo prendió fuego antes de escapar. Rivas alcanzó a gritarle «sálvense ustedes» a sus hijos antes de quedar atrapada por las llamas en la habitación. Bovino fue finalmente condenado a prisión perpetua por el brutal femicidio.
Rivas tenía 33 años, padecía un retraso madurativo y convivía con una pareja que la sometía a violencia de género. Por eso cuando Bovino, un vecino en el que confiaba le ofreció una salida de ese calvario ella no dudó y se escapó con él. Sin embargo aquel era apenas el comienzo de un nuevo calvario.
En su casa de la localidad santafesina de Recreo, Bovino la mantuvo cautiva a lo largo de dos meses durante los cuales no sólo la golpeaba de manera sistemática sino que además la obligó a prostituirse.
Cuando la mujer finalmente pudo escapar Bovino la rastreó hasta que la encontró y le exigió que le devolviera el dinero que había gastado en la comida que ella y sus hijos consumieron mientras estuvieron secuestrados.
Rivas no tenía la cantidad de dinero que Bovino le exigía. Primero la amenazó con quemarle la casa y le dio un plazo para que consiguiera el dinero. Como la mujer no lo consiguió Bovino cumplió su amenaza y prendió fuego la casilla. Los dos hijos mayores de Rivas pudieron escapar a tiempo por sus propios medios y el menor de los fue rescatado por un vecino que rompió una puerta para sacarlo de entre las llamas.
En el juicio la fiscal Ana Laura Gioria señaló que si bien en un principio Bovino fue imputado como autor del homicidio calificado por el medio idóneo y por alevosía, “a medida que avanzamos con las diligencias y pudimos conocer la realidad y el contexto de sometimiento que sufría Carla Rivas, le atribuimos a Bovino el femicidio”.
La pena fue impuesta por unanimidad por el tribunal compuesto por los jueces Jorge Patrizi, José Luis García Troiano y Pablo Ruiz Staiger. En el mismo fallo además se lo condenó por intentar quitarle la vida a los hijos de la víctima y por evadirse del edificio de los tribunales de la capital provincial.