Paula Olmedo nació en Trelew y toma a esta actividad como un pasatiempo. Lo siente así, aunque promete dejar su huella y convertir esta pasión en su verdadera profesión.
Cuando Paula Olmedo gritó a viva voz que quería ser una sirena, recibió el apoyo generalizado de su familia.
Ella es la sirena argentina. Tiene 30 años y apuesta a instalar definitivamente un movimiento que es poco conocido en Argentina, pero que mueve a miles de jóvenes en distintas partes del mundo.
“Surgió porque Instagram me sugirió la publicación de una chica de Estados Unidos que hace esto y trabaja de sirena. Me puse a investigar si alguien lo hacía acá en el país o si se podían conseguir las cosas. Encontré que había sirenas por todo el mundo pero que acá en Argentina no era común. Conseguí mi primera monoaleta (industria argentina), yo misma cosí mi primera piel de sirena (que es la parte de la cola), y también me hago mis tops”, le cuenta Paula a Ámbito.
Claro que su vida no pasa por ser una sirena las 24 horas del día. Además, Paula es profesora de Nivel Inicial y Licenciada en Educación. Pero poco a poco fue encontrando en esta actividad, su verdadera pasión.
“También descubrí una marca argentina que hace colas de sirena que son más bien para chicos, pero también me compré una. Ya más adelante pude comprarme otras en el exterior”, recuerda.
Su pasatiempo
La joven que reside en Esquel, provincia de Chubut, aclara que ser sirena “es un pasatiempo por ahora. Me encantaría poder trabajar de esto, no sé si a tiempo completo pero alto al menos. Lleva mucho entrenamiento igual y a veces se me hace difícil por la vorágine del día a día y cumplir con otras cosas”.
El apoyo familiar y la aceptación del público
“Mis amigos y familia fueron los primeros en apoyarme desde que dije «quiero ser una sirena». Nunca recibí un comentario negativo dentro de mi entorno, ni siquiera en el trabajo. La gente es muy simpática cuando me ven por ahí vestida de sirena me saludan, me piden fotos. Los nenes se acercan y me charlan”, reconoce con orgullo.
Paula tuvo que dejar de nadar hace un par de meses por “cuestiones personales” sumado a que se enfermó en varias oportunidades. Aunque aseguró que “estoy por retomar, pero me agarró desprevenida toda esta exposición. Cuando nadaba, lo hacía tres veces por semana”.
Por último, la sirena argentina afirma que “cuando uso el traje me siento mágica, especial. Pero después cuando entrenó y eso, soy Paula nadando o Paula haciendo apnea jaja. El mermaiding es un deporte, que si bien no se conoce tanto en Argentina yo lo llevo adelante con lo poco que sé. Por supuesto que me atrae más la parte artística y de personificarse como una sirena porque es lindo, pero también tiene la parte de entrenamiento”.