Rodolfo llevó un método ya utilizado en el interior del país y lo aplicó en Buenos Aires, con el detalle que su carrito está diseñado para moverse por las veredas de la ciudad sin problemas.
A sus 46 años, Rodolfo Valentín Tapia se quedó sin trabajo y no veía un futuro muy optimista en lo laboral, puesto que pensaba que a su edad sería difícil que lo tomen en algún lado.
“En 2015 me quedé sin trabajo con 46 años, ya no me iban a tomar, entonces me enganché con esto”, contó al programa Cucinare.
En una visita a sus padres, salió a caminar por el pueblo del que son oriundos y en la calle compraba empanadas de los carritos. En uno de los paseos, se le ocurrió la idea de llevar este método a la ciudad de Buenos Aires.
Lo que debía tener en cuenta era la movilidad, porque estos carritos originalmente son grandes y pesados, por lo que solo son movidos de lugar muy ocasionalmente. “Me hago un carro más chico para poder pasar por la vereda”, pensó Rodolfo.
Así nació Los 5 Changos, el negocio de venta ambulante administrado por Rodolfo. Desde el primer día rindió sus frutos: “salí con 40 empanadas y vendí todas en cuatro cuadras”, cuenta.
Su carrito es un horno de barro que se alimenta con brasas. Por su tamaño reducido y buen soporte, no es necesaria tanta fuerza para moverlo. Además, puede transitar en cualquier vereda sin problemas.
