Caída en las ventas, baja o nula financiación y altas tasas de interés, aumento de las importaciones, suba en las tarifas e incremento de los costos. La sumatoria de estos factores, entre otros, hace que el rubro indumentaria sea el sector con resultados más negativos desde 2016.
Así lo aseguró a Ámbito Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria y socio de la firma Jazmín Chebar. «Las estadísticas de venta están marcando que el rubro indumentaria se encuentra en una situación extremadamente compleja. Desde 2016 en adelante es el sector que ha tenido los resultados más negativos. Hace dos años y medio que el INDEC marca que éste es el sector productivo de la Argentina que ha decrecido en forma constante durante dos años y medio. Específicamente, en este año, lo que está sucediendo es una acentuación de la caída de ventas de unidades», detalló.
Drescher mencionó que calculan estar en «alrededor del 12 a 15% unidades menos que el año pasado, en los sectores formales de la industria». Para el empresario, el contexto actual es de peligro absoluto para el rubro que representa: «A todo el sector industrial y pyme le afectan las tarifas; le afectan las bajas de ventas; le afecta la financiación absurda, casi surrealista, cuando se pagan tasas de interés de 45 a 55%, que es algo delirante. Si a esto le sumás el aumento de los costos de las tarjetas de crédito; la importación de productos que se hizo durante todo este período; las compras en el exterior, es una hermosa pintura de un pintor holandés mostrando el fin del mundo».
En ese sentido, destacó la ausencia de créditos viables para empresas del sector. «La economía está haciendo ruido por todos lados y las pymes carecen de posibilidades de sobrevivir. Con estas tasas no podés tomar ningún tipo de ayuda crediticia. Como hay una baja de ventas, esa diferencia en los ingresos en el caso de las compañías determina que no tienen la plata para seguir adelante», añadió.
Según la nueva edición del Semáforo de la Indumentaria Argentina, generada por la CIAI, la reducción de la producción industrial repercutió en la pérdida de puestos de trabajo. Entre el cuarto trimestre de 2017 y mismo período de 2016 se perdieron 3.761 puestos, cifra que equivale a una reducción de 8,1% en el plantel del personal de estas industrias.
El presidente de la CIAI confirmó que «se han perdido muchísimos puestos de trabajo, todos los días. Se acentúa la crisis y la otra cara del desempleo es que otra vez retrocedemos con estas políticas antiproductivas y seguimos en el camino de la informalidad. Muchísimas de las personas que pierden su trabajo terminan haciendo changas, o muchos talleres chiquititos de costura terminan poniendo en negro a su personal por no poder hacerse cargo del costo para poder ser competitivo».
Uno de los puntos que atentaron contra la industria indumentaria fue la importación, que según el titular de la entidad «creció y fue importantísima en dos años y medio». En ese sentido, aclaró que por primera vez desde 2015 «desde hace algunas semanas empezó a decrecer, pero porque los importadores no saben a cuánto va a estar el dólar». Las exportaciones de ropa, en tanto, cayeron 6,4% en el primer semestre del año respecto a igual periodo de 2017, según los registros aduaneros del INDEC.
Finalmente, Drescher fue terminante a la hora de mencionar qué compañías son las que están en riesgo: «Hoy todas las marcas están en peligro. Así como estamos, es absolutamente impensado que alguien pueda sobrevivir. Es imprescindible un cambio de rumbo económico, ya no hay más tiempo».