Se mudó a una casa rodante por 9 meses para no contagiar a su mamá de coronavirus

La enfermera británica Sarah Link pensó que la mudanza iba a ser por unas semana, pero se extendió hasta fin de año. El personal de salud es una de las poblaciones con mayor riesgo de contraer coronavirus…

lunes 25/01/2021 - 21:06
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La enfermera británica Sarah Link pensó que la mudanza iba a ser por unas semana, pero se extendió hasta fin de año.

El personal de salud es una de las poblaciones con mayor riesgo de contraer coronavirus porque sus profesionales son quienes atienden a pacientes contagiados. Es por eso que se les dio prioridad en las campañas de vacunación en todo el mundo. La enfermera británica Sarah Link tenía muy claro que ella iba a estar expuesta al virus a diario y, como vivía con su madre de 84 años, tomó la decisión de trasladarse por nueve meses a una casa rodante con su esposo.

El caso de Link no es único, aunque sí particular. Hubo muchos trabajadores de la salud que se encuentran en la primera línea contra el coronavirus que optaron por mudarse de su hogar familiar durante la pandemia a hoteles o a compartir residencia con otros sanitarios.

Link es enfermera desde hace 17 años y trabaja para el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por su nombre en inglés), en el hospital Queen Elizabeth de Birmingham. Cuando empezó la pandemia y se informó que el COVID-19 era altamente contagioso, la mujer buscó una alternativa para mantener a salvo a su madre octogenaria. Así fue como ella junto a su esposo Gary, que es dueño de una pescadería y, por lo tanto, también trabajador esencial, compraron una casa rodante y se instalaron allí.

Creían que estarían en ese vehículo como máximo 12 semanas, pero al final permanecieron allí por nueve meses. En diciembre, ambos contrajeron coronavirus y la casa rodante fue el lugar perfecto para aislarse y así evitar contagiar la enfermedad a terceros. La enfermera reconoce que fue muy duro vivir en esas circunstancias y que sin el apoyo de su marido no lo hubiera logrado.

“Cualquiera que me conozca sabe que mi madre es más que mi mundo, ella es mi mejor amiga. Cuando me enteré que iba a trabajar en un pabellón de COVID-19, sabía bajo cualquier circunstancia que no podía vivir en casa con ella, tenía que protegerla así que Gary compró la casa rodante y nos mudamos. Ha sido muy difícil no tener una vida hogareña en un momento realmente difícil en el trabajo. He llorado muchas veces. Cuando, la semana pasada, llegué a casa, Gary había decorado el vehículo para hacerme sonreír”, compartió en su Facebook.

El matrimonio pudo volver a su hogar justo para celebrar las fiestas de Navidad y Año Nuevo, luego de que la madre de Link recibiera la vacuna de Pfizer-BioNTech y que ellos ya habían superado el COVID-19. A principios de enero, la enfermera también regresó al trabajo, pero todavía sigue con algunas secuelas del coronavirus como poca resistencia física y fatiga.

Su mudanza fue un acto responsable y altruista que fue elogiado en los medios británicos y locales. Especialmente en momentos en los que el Reino Unido vive una segunda ola de contagios, más fuerte aún que la primera.

Justamente, la trabajadora de la salud ve con gran preocupación el incremento de los casos en el Reino Unido, los que ya llegaron a los 3.543.646, con 95.829 muertos. De este modo, es el cuarto país con más víctimas mortales, por detrás de Estados Unidos, Brasil e India. Además, allí ya se detectó la primera nueva variante de la enfermedad, que los científicos aseguran que es más contagiosa que la original y que ya circula en 50 naciones.

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