“A la gente le gusta ver que el que se va también la pasa mal”, dijo Candela Nosei ni bien comenzó a contarle su historia a TN. La marplatense siempre soñó con irse a vivir a Europa, pero nunca había reunido el valor necesario para despegarse de sus afectos. El punto de inflexión fueron dos robos que sufrieron su hijo adolescente y su pareja. Lo que jamás se imaginó es que se iba a volver viral desde el viejo continente.
“Calu”, como le puso su tía hace ya algunas décadas, viajó a Italia hace poco más de un año con la ilusión de poder encontrar un futuro mejor. Sin embargo, no todo fue color de rosas: allá le negaron la posibilidad de ejercer como psicóloga,tuvo que vender chocolates para vivir y hasta tomar agua de la Fontana di Trevi porque no tenía plata.
Agobiada por la angustia de estar lejos y de trabajar de algo que -ella misma reconoció- “ni los italianos quieren hacer”, un domingo a las 6 de la mañana decidió contar su rutina. Con su característico humor ácido, contó la otra cara de las personas que emigran: frustración por no hacer lo que le gusta para “no quemar los ahorros”. El video fue un éxito y ella ahí vio una veta.
Desde ese momento, le pareció buena idea mostrarles a los argentinos que en Europa no todo es como parece. “Está bueno mostrar las dos caras. Acá hay vuelos a París por 10 euros y la clase media de acá vive mejor que la de allá, pero hay que saber que venimos a hacer un trabajo que en la Argentina no haríamos”, señaló.
En el lapso de un año, Candela trabajó 13 horas por día vendiendo chocolates en una feria y también como mesera, donde le pagaban 5 euros por hora. Allí, reconoció que si no viajaba con su novia -que es española y tiene trabajo– no le hubiese alcanzado para vivir. “Si hubiese venido sola, no me la hubiese bancado”, dijo.
“Te alcanza si vivís en una habitación. Acá es muy normal compartir piso. Vas, alquilas la habitación privada o compartida y después hay zonas comunes donde hay que convivir”, explicó la mujer que, según contó, llegó a Europa “preparada para hacer cualquier cosa” y con un título de psicóloga que sabía que no le iba a servir. “No se me caen los anillos por hacer lo que sea, sé que para ellos todavía no soy profesional”, agregó.Play Video
En todo ese entramado, “Calu” ya sabía cuál era la fórmula del éxito en redes sociales: “A la gente le gusta ver que el que se va también la pasa mal y a los que emigran no les gusta que mostremos las cosas malas de emigrar”.
Varios de sus videos con más reproducciones muestran la parte negativa de vivir afuera. Uno de ellos llegó a las 400 mil reproducciones y en el video se la ve lavando platos en un local de comidas, bajo una leyenda que dice: “Cuatro meses en Italia esperando la ciudadanía, siendo psicóloga y trabajando de lo que sea”.
Apenas unas semanas después, llegó el video más polémico de todos, que obtuvo casi 2 millones de reproducciones. “Cuando recordás que en Argentina eras profesional y estabas bien económicamente y ahora trabajas un sábado a las 7 am de ´lo que sea´. Ah, pero en Italia”. Esa frase causó mucho resquemor entre los usuarios, quienes salieron a criticarla.
De viajar a Italia para vivir mejor a tomar agua de la fuente
Durante varios meses, “Calu” eligió seguir el camino de mostrar el “lado oscuro” de emigrar y sus videos fueron un éxito total. Siempre fueron desde el lado del humor, contando cosas de su vida cotidiana. Hasta que llegó un video insólito.
Cargado de ironía, en la imagen se la ve a ella tomando agua y comiendo galletitas, pero con un peculiar mensaje: “Comiendo galletitas robadas del desayuno del hotel y tomando agua recargada de la fuente. Pero en Italia…”. El video llegó a las 90 mil reproducciones en cuestión de días, pero lo más insólito es que la anécdota es real y ocurrió durante un viaje.
“Con mi pareja nos gusta mucho viajar y cuando hay un vuelo barato lo compramos. Recién habíamos llegado y encontramos pasajes ida y vuelta a Roma por cinco euros”, contó Candela sobre la historia en la que terminó tomando agua de la Fontana di Trevi.
Fueron diez horas de colectivo en pleno verano italiano, y el aire del micro les hizo pasar un frío de morirse. Cuando llegaron a la capital de Italia se encontraron con que los precios eran muy altos y no podían gastar. Entonces, optaron por una opción diferente.
“Terminamos comprando un helado enfrente de la Fontana di Trevi y tomamos agua de la fuente. Fue lo único que comimos en todo el día. Nos volvimos en colectivo a la noche y ni siquiera pagamos la noche del hotel”, explicó la mujer.
En esa línea, les respondió a sus haters que la criticaron por el video: “La comida del desayuno me la llevé toda la vida, no es porque esté en Italia. Gracias a esas galletitas pude conocer el Vaticano”.
Sin embargo, hace algunas semanas decidió cambiar el perfil y hablarles a los argentinos que quieran emigrar para ayudarlos. “Me gusta acompañar a los inmigrantes de manera online, hablarles para que no se sientan solos cuando llegan acá”, reconoció.
Cómo es emigrar desde la Argentina
“Calu” emigró ya hace un año. Primero vivió en Italia y hoy vive junto a su novia y a su hijo adolescente en Valencia, España. En emigrar encontró cosas lindas y otras no tan lindas, pero siempre hizo hincapié en ver la realidad completa.
“Me parece que está buenísimo emigrar. Es una experiencia única que todos deberían hacer. Se aprenden idiomas, culturas. Uno se sube un avión con una valija y muchos sueños adentro”, dijo.
En contra partida, reconoció: “No pensé cuánto iba a extrañar a la familia. Un asado con ellos, unos mates, ir a ver a mis abuelos. Mi mamá atravesó una enfermedad complicada y estuve a nada de volverme a vivir a la Argentina. Uno no está preparado para algunas cosas”.
La mujer hizo hincapié en que el lugar “es hermoso”, pero que a la familia “se la extraña muchísimo”. En la seguridad y la felicidad de su hijo, encuentra la tranquilidad: “Tiene su grupo de amigos, la está pasando muy bien y no quiere volverse”.