La improvisada parrilla les sirvió para sacarse las ganas de comer algo cocinado a las brasas.
El hambre pudo más y un grupo de amigos llegó a utilizar un banco escolar para cocinar carnes a la parrilla.
Lejos de resignar el asado por no tener una parrilla o chulengo a mano, decidieron utilizar la parte de abajo de los banquitos escolares, donde se suelen colocar carpetas o cuadernos que no se usan en el momento, para cocinar lo que parecen ser morcillas.
La imagen, de quien se desconoce el autor, se viralizó en las redes donde las opiniones se dividieron entre quienes felicitaron su ingenio, y quienes criticaron el uso que se le terminó dando a dicha herramienta escolar, que escasea en algunas regiones del país.