Los amigos de la víctima declararon en la causa a cargo de la UFI Nº 6 de Villa Gesell y contaron qué ocurrió. La discusión se inició por la canción de un músico que tocaba en el boliche y uno de los rugbiers incitó a pelear.
Todo se inició por un pogo dentro de la disco Le Brique de Villa Gesell, que provocó una discusión y que terminó con el crimen de Fernando Báez Sosa a manos de un grupo de rugbiers en la madrugada del sábado pasado. Fernando estaba acompañado de amigos esa noche: esos amigos declararon en la causa por homicidio agravado por alevosía que investiga la UFI Nº 6 de Villa Gesell. En base a esos testimonios, Infobae reconstruyó qué fue lo que llevó al crimen del joven en la vereda.
Fernando y sus amigos, cerca de 10 de ellos, habían conseguido entradas para el sector del VIP del boliche, pero no para todos. Tenían entre cuatro y cinco tickets, por eso se dividieron en dos grupos. Fernando ingresó al VIP, que está en el primer piso del boliche, y cerca de las 3:30 bajó a la pista.
Bajó para acompañar a Franco, uno de sus amigos con los que estaba en el VIP. El motivo es que en ese momento comenzó el show de trap de Neo Pistea, conocido por su hit “Tumbando El Club”. Franco relató en la causa que quería estar cerca del escenario, ya que es fanático de ese cantante.
Según relató en su testimonio, en uno de los temas del músico hay que hacer un pogo (saltar y golpear los cuerpos) y que en un momento se pisaron mutuamente con otra persona. Otros testigos dicen que a esa persona también se le cayó al piso una bebida alcohólica que tenía. Según los testimonios, en ese momento comenzaron los problemas.
Este chico, que luego sería uno de los detenidos del Arsenal Rugby Club de Zárate, los invitó a pelear.
Fernando, según sus amigos, intentó separarlos y que el incidente no pasara a mayores. La seguridad del lugar sacó a los rugbiers del boliche y del otro grupo solo a Fernando. “Eso no se entiende, porque según los testimonios Fernando quiso separar. Tal vez quedó ahí en el medio”, le dijo a este medio una fuente de la investigación.
Cuando los amigos advirtieron que Fernando no estaba en el boliche, salieron del lugar. “Se hicieron los guapos adentro, a ver cómo les va afuera”, dijo ya en la calle uno de los dos rugbiers acusados de golpear a Fernando, según el testimonio de varios de los amigos de la víctima. Entonces, se desató la brutal golpiza.
Algunos testimonios dan cuenta de que cuando a Fernando lo sacaron del boliche se fue a comprar un helado. “Claramente no es la actitud de alguien que quería pelear”, sostuvo la fuente.
El hecho está calificado como un homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y tiene una única pena, la prisión perpetua. Sin embargo, la calificación siempre es provisoria y puede modificarse.
La causa está a cargo de la fiscal Veronica Zamboni y del juez de Garantías David Mancinelli: dos de los 11 detenidos fueron acusados de ser los autores de los golpes a Fernando en el piso, los golpes que lo mataron. Los nueve restantes son partícipes necesarios en el crimen en un rol central. Bajo esa calificación fue acusado Pablo Ventura, el último detenido del caso, que practica remo y no rugby.
“Por los testimonios y las cámaras de seguridad se constató que los otros nueve prestaron colaboración al crimen porque golpearon a los amigos de Fernando para que no pudieran acercarse a auxiliarlo. Sin ese aporte no se pudo darle muerte», explicó la fuente. Según su familia y su defensa, Pablo Ventura estaba en Zárate al momento del ataque: presentaron videos y testigos que podrían exonerarlo.
Además de los testimonios de los amigos, la causa judicial recogió las cámaras de seguridad externas e internas del boliche, las del municipio que están en la calle y la de un supermercado. Todo forma parte de la prueba del expediente y permitió reconstruir el crimen.
Hay una medida de prueba que todavía no se hizo pero que es muy importante: el análisis de los celulares de los acusados que fueron secuestrados el sábado cuando fueron detenidos en la casa que alquilaban en Villa Gesell. Allí pueden constar mensajes que se enviaron entre otros o a otras personas después del crimen, además del impacto de las antenas que podrían ubicar a los aparatos en tiempo y espacio. La defensa de Ventura apuesta, por ejemplo, a la pericia a su teléfono como la prueba que podría removerlo de la escena del crimen.
Los once acusados que están detenidos son Matías Franco Benicelli (20), Ayrton Michael Viollaz (20), Macimo Pablo Thomsen (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Fidel Pertossi (20), Alejo Milanesi (20), Tomás Enzo Comelli (19), Juan Pedro Guarino (19), Ciro Pertossi (19), Blas Sinalli (18) y Pablo Ventura (21) .
Los diez primeros se negaron a declarar ayer en la Fiscalía –podrían pedir de hacerlo en los próximos días porque hoy asumió su caso un abogado particular, Hugo Tomei– y el último lo hará hoy. La fiscalía sostuvo en su acusación que Ventura fue llevado por su padre de Villa Gesell a Zárate, donde fue detenido.
Todos los acusados están presos en comisarías de la zona a la espera de ser trasladados a una cárcel bonaerense. La que correspondería por la zona es la Unidad 6 de Dolores, pero se encuentra sobrepoblada: hay cerca de mil personas alojadas cuando su capacidad es para 600. La fiscal Zamboni tiene 30 días para seguir con la recolección de pruebas y para pedir la prisión preventiva de los acusados.
Fuente: Infobae