El Gobierno nacional invertirá 51 millones de pesos para que un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), Córdoba, desarrolle leche de burra como una alternativa de consumo alimentario para las personas alérgicas a la proteína de la leche vacuna, informó esa institución académica ubicada en el departamento de General San Martín.
TN informa que el estudio del proyecto es impulsado por investigadores del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la UNVM con el objetivo de mejorar la salud en lactantes, niños y adultos mayores con alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV).
”Nuestro principal objetivo es caracterizar y poner a punto un sistema de industrialización y enriquecimiento de leche de burra para consumo humano, generando como resultado dos productos: leche de burra 100% natural, pasteurizada y liofilizada y otra opción enriquecida con ácidos grasos naturales pasteurizada y liofilizada”, explicó el investigador y director de la iniciativa, Alejandro Lespinard que además especificó que el producto final “estará dirigido principalmente a lactantes con diagnóstico de APLV”.
“Tanto en fluido como en polvo, la leche será generada íntegramente en el país bajo sistemas sustentables de producción primaria rural y validados científicamente”, aseguró y afirma que “cada año en la Argentina nacen alrededor de 15 mil niños con APLV. La mayoría de los afectados padece la patología hasta los 18 meses como máximo, exceptuando un 15 por ciento de pacientes que permanece alérgico de por vida”.
Lespinard explicó que “actualmente el tratamiento estándar consiste en eliminar los productos lácteos de la dieta de la madre y del bebé para evitar la exposición a los alérgenos implicados o sustituirlos por fórmulas comerciales de baja palatabilidad, altísimo costo y muy discutible eficacia clínica”, por lo que se pretende “desarrollar una alternativa accesible para la población”.
Desde el punto de vista nutricional, el poder de la leche de burra reside en que es la leche más similar a la leche materna que podemos encontrar. Esto se debe, a diferencia de la leche de vaca, a que las burras son monogástricas, al igual que los humanos y, por lo tanto, su proceso de digestión y absorción de nutrientes es muy similar al nuestro.