Boca cayó ante Patronato en semifinales de Copa Argentina y se fue eliminado del certamen. Juan Román Riquelme no armó un plantel a la altura.
Podría decirse que este análisis es «con el diario del jueves», pero no. Urgente24 se cansó de advertir las falencias de Juan Román Riquelme desde que este desembocó en su faceta dirigencal. Ayer (26/10), en la eliminación de Boca por Copa Argentina ante Patronato, el propio vicepresidente no pudo esconder su disgusto para con un plantel que él diseñó.
Anoche; los suplentes del Xeneize apenas rescataron un empate en los 90′ ante los paranaenses, que ya están descendidos a la Primera B Nacional y, salvo un milagro del Chiqui Tapia, jugarán en la segunda categoría del fútbol argentino en 2023.
Hugo Ibarra optó por un 11 completamente alternativo del que había parado para enfrentar a Independiente (23/10) en la definición de la Liga Profesional de Fútbol. Lógico. Sus futbolistas están extenuados y vienen jugando cada tres días desde hace varias semanas. Con lo cual, la rotación se entiende bastante desde ese punto.
Ante el Patrón, Boca disputó el partido número 57 del año.
En ese sentido, la descalificación en Copa Argentina dividió la opinión de los hinchas en las redes sociales. Vamos por puntos…
Patronato le dio un golpe de realidad a Boca y lo sacó de la Copa Argentina.
Los boquenses venían de su propia fiesta por coronarse en la liga: hubieron festejos masivos en La Bombonera, el Obelisco y en cada rincón del país. Sin duda, este año, el país se tiñó de los colores azul y amarillo por los títulos de la Copa de la Liga y la LPF. Además, el Xeneize festejó en varias disciplinas más -fútbol de Reserva, fútbol femenino, inferiores y hasta en ajedrez-.
Sin embargo; el hincha de Boca, quiere, exige y anhela más. No es para nada conformista.
Justamente por ello es que le dolió quedar afuera con Patronato en los penales. «Boca es Boca, no hay que ser conformista», consignó un usuario en Twitter; «Lo de hoy no fue precisamente eso, arrugarse? Nunca voy a entender como dejaron a Rossi en el banco, los cambios a últimas. LPQTP Ibarra», esgrimió otro.
Algo de razón tiene la gente, su opinión es tan válida como la de cualquiera. A fin de cuentas, el club es de los socios y los hinchas.
El último mercado de pases del club de la Ribera no contentó la hinchada boquense. Eso es lo que se percibe. Se huele. Se lee en las redes. El Consejo de Fútbol de Juan Román Riquelme incorporó a Facundo Roncaglia, Martín Payero y Sergio Chiquito Romero.
Los primeros dos jugaron un desastroso partido anoche ante el conjunto de Facundo Sava. Es más, Roncaglia, tuvo responsabilidad directa en el gol de Marcelo Estigarribia anoche. Su fichaje no se entiende más que por una sabida buena relación con el propio Riquelme -compartieron vestuario en el conjunto auriazul-.
El defensor quedó libre del Aris de Limassol de Chipre y está próximo a sus 36 años. Fue incorporado como reemplazante del ex capitán, líder -y hasta a veces figura- Carlos Izquierdoz, quien se fue por la puerta de atrás y peleado con el vicepresidente de Boca.
Con Chiquito Romero sucede algo similar: el arquero con pasado en la Selección Argentina se entrenó en el Predio de Boca, por primera vez, el 9 de agosto pasado. No ha disputado ningún encuentro desde su arribo por el grandísimo nivel de Agustín Rossi -quien integra la prelista de 48 futbolistas de Lionel Scaloni para el Mundial- y también por las reincidentes lesiones en su rodilla.
En el aire sigue habiendo incertidumbre por el futuro de Rossi, quien aún no arregla su contrato y podría irse libre en junio próximo.
La cuestión del arquero: Sergio Romero y Agustín Rossi.
Versus Patronato, Ibarra apostó por todos suplentes -salvo Sebastián Villa- y el equipo fue un espanto. No se dieron más de cinco pases entre ellos, no estuvieron atentos en las pelotas paradas del rival, no retrocedieron de manera correcta y les faltó todo el ingenio para crearle peligro a Facundo Altamirano -figura en la tanda de penales con tres atajados-.
6 de los 11 futbolistas que saltaron ayer al campo de juego fueron incorporaciones de Riquelme. La mayoría, resistidos por la gente (y con vastas razones). Ellos son Javier García, Facundo Roncaglia, Esteban Rolón, Martín Payero, Norberto Briasco y Nicolás Orsini.
Esto demuestra el corto plantel que poseen los Xeneizes. Son los titulares y poco más. El recambio no le funciona ni le funcionó cuando se necesitó de ellos.
¿Alcanzó para ganar el campeonato local? Sí, y fue muy meritorio lo del Negro Ibarra y compañía porque agarraron a Boca Juniors en la lona y lo consagraron. Ahora, ¿alcanzará el plantel para el gran objetivo político-deportivo de Juan Román Riquelme, la Copa Libertadores? Por ahora, complicado. Muy complicado.
De momento, la gestión de JRR disputó tres torneos continentales y en ninguno le fue bien:
- Eliminación 0-3 ante Santos en semifinales de 2020,
- Caída en los penales ante Atlético Mineiro en octavos de final de 2021, y
- Descalificación por la misma vía e instancia ante Corinthians en 2022.
Se van diluyendo las posibilidades de Riquelme de terminar con la sequía de 15 años de Boca sin levantar una Libertadores. El año próximo, tendrá su última bala antes de las elecciones presidenciales en Brandsen.
Tomando mate y comiendo asado no se gana todo así nomás. Se trata de trabajo intenso, de planificación y, sobre todas las cosas, de contar con un cuerpo técnico a la altura.
Las cámaras apuntan a un Juan Román Riquelme lamentándose por el juego de Boca. Su Boca. (Foto: Captura Tyc Sports – Flow).
Hugo Ibarra
La confirmación de Hugo Benjamín Ibarra marcó otro precedente en la historia del Riquelme dirigente: bajo su conducción, solo habrá directores técnicos dóciles y de poco manejo en el vestuario, porque claro, JRR quiere seguir siendo la figura del club.
El pasado julio, el Negro fue presentado en la dirección técnica hasta diciembre de 2022: junto a Jorge Amor Ameal, Jorge Bermúdez, Leandro Gracián y Norberto Pompei.
Pero Boca no está para experimentos, Sr. Riquelme. Usted debería saberlo más que nadie. Ya lo intentaron con Sebastián Battaglia y no sucedió, al punto que lo despidieron en una estación de servicio post eliminación en Copa Libertadores. Ya hubo destrato con Miguel Ángel Russo, un hombre de la casa al que no le permitieron trabajar con sus maneras y sus tiempos.
El club necesita (y merece) a un entrenador de fútbol que esté a la altura, como los grandes que supo tener en tiempos anteriores. Boca no es una empresa que ofrece pasantías, es una institución que amerita tener a un DT calificado.
Con todo el respeto para Ibarra, quien tomó un fierro caliente cuando no habían opciones y Román hacía malabares. Eso no quita que, puertas adentro, debiera hacerse una evaluación y tratarlo como lo que fue en estos meses: un interinato. Ni más ni menos.
Tampoco se nota que haya una idea clara de juego en el ‘Ciclo Ibarra’. Los de la Ribera ganaron la mayor parte de los partidos por sus propios apellidos, genialidades o por esa «suerte de campeón» que hay que tener en la vida.
El contrato del ex lateral derecho del Xeneize tiene vigencia hasta diciembre de 2022. Los boquenses se preguntan quién ocupará el banco de suplentes el año que viene, luego del Mundial de Qatar 2022.
Hugo Benjamín Ibarra, entrenador de Boca Juniors. (NA).