En Chubut aun es incierto el esquema electoral que se adoptará en 2023 y también un posible adelantamiento de las elecciones. “Realmente les cuesta ir a votar dos veces en 60 días” consideró el vicegobernador. Según Sastre, “la gente pide” la Ley de Lemas en Chubut.
¿Fue un tiro en el pie, o una maniobra finalmente calculada? El vicegobernador Ricardo Sastre propuso debatir entre todos los partidos políticos de Chubut una “ley de lemas” para elegir al próximo gobernador, muy probablemente en marzo del año próximo.
El sistema de “lemas” consiste en que los partidos o frentes pueden tener a varios candidatos (“sublemas”), y al ganador de ese mismo “lema” se le suman todos los votos de los otros “sublemas”, introduce la columna De Puño y Letra de diario El Chubut.
Incluso podría existir la opción de un “voto al lema” sin importar quién es el candidato. Ese voto se le suma a quien resulte ganador dentro de cada espacio. La idea de Sastre es ahorrarle una elección (las PASO) a los votantes, porque una ley de lemas de algún modo resuelve una interna y una general a la vez ya que es un voto uninominal y simultáneo.
Pero también hay contraindicaciones, ya que puede ocurrir que no sea el candidato más votado (uninominalmente), quien sea electo gobernador. De hecho, pasó en Santa Cruz en 2015. Alicia Kirchner no fue la candidata más votada, pero fue electa gobernadora. La mayor distorsión ocurrió en 2003 en Santa Fe. Hermes Binner con el 42% de los votos perdió contra Jorge Obeid, que obtuvo el 24%.
El “globo de ensayo” de Sastre no habría sido una atrevida idea individual del vicegobernador. Ya fue conversada con Mariano Arcioni, y también con Máximo Kirchner y Sergio Massa. También estaría al tanto el intendente de Comodoro, Juan Pablo Luque, aunque al menos en el discurso público, no ha dado una posición. Dos semanas atrás se lo preguntaron, y dijo que no tenía “posición tomada”.
Dicen que en el oficialismo y el peronismo chubutense habrían esperado una respuesta positiva de una parte del radicalismo provincial. Pero eso no ocurrió. En el documento de Juntos por el Cambio en contra de una “ley de lemas”, hay firmas desde distintos sectores de la UCR, al menos, de los más representativos y que ostentan el poder institucional y de representación del partido, y en los cargos electivos. El pronunciamiento de rechazo fue contundente.
Sin embargo, la fuerza legislativa de JxC por ahora es de solo dos votos en la Legislatura de Chubut, por lo que conviene detenerse en varios aspectos de este dilema.
Está claro que si a los chubutenses les dicen que votarán una vez menos en 2023, la propuesta sería atractiva, sobre todo por el malhumor social y el sentimiento “anti política” que se ve en las encuestas. Habría que ver qué dicen, si les indican que puede que no sea electo gobernador el más votado.
La idea que empezó a circular primero en el peronismo y que Sastre verbalizó en la semana pasada, está inspirada en la “ley de lemas” de Santa Cruz. Allí rige desde hace años. De hecho, en 2015 ganó Alicia Kirchner aunque no fue la más votada.
La actual gobernadora, del Frente Para la Victoria, obtuvo 56.969 votos, y se presentó dentro del mismo lema que Daniel Peralta, que consiguió 27.464 sufragios. En total sumaron 84.433 votos. En frente, Eduardo Costa, de Cambiemos, contó con 67.174 votos y fue el candidato más votado. Dentro de su lema también se sumaron los 7.816 votos a Osvaldo Pérez, y de esta forma contabilizaron 74.990 votos. Por eso, según prevé la ley de lemas, Alicia Kirchner fue electa, pese a que obtuvo el 34,8% de los votos totales contra el 41% de Costa.
La UCR llevó un reclamo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que tiempo después falló a favor de “no meterse”. En efecto, los jueces dijeron que era una cuestión provincial y no federal, y por lo tanto, la elección de Alicia quedó firme.
Chubut tiene un antecedente de Ley de Lemas que fue un “tiro por la culata” para el peronismo local. Gobernaba Fernando Cosentino en 1990, quien debía terminar el mandato de Néstor Perl. Se aprobó una ley de Lemas, pero con segunda vuelta. Y aunque en primera vuelta el candidato que más votos uninominales consiguió fue el peronista Osvaldo Sala, en segunda vuelta fue derrotado por Carlos Maestro, quien luego repitió en 1995.
Hay quienes dicen que si Cosentino hubiese vetado parcialmente aquella ley y hubiese quedado sin segunda vuelta, tal vez Sala habría sido gobernador. En aquella ley de lemas, el rival del ex intendente de Puerto Madryn fue otro histórico, Marcelo Guinle. Es contrafáctico, pero aquella elección sin segunda vuelta habría terminado muy probablemente en la Justicia.
El aspecto legal es importante. Chubut no tiene ley electoral propia. Es el único distrito del país que no tiene un instrumento de jurisdicción provincial para elegir sus autoridades, y se basa en el Código Electoral Nacional.
Pero la Constitución de la Provincia indica en su artículo 146, que “El Poder Ejecutivo es desempeñado por un ciudadano con el título de Gobernador de la Provincia, que es elegido directamente por el pueblo, a simple pluralidad de sufragios”.
Luego, en su artículo 256, dice que la “sanción y modificación de las leyes electorales requieren de las tres cuartas partes del total de los miembros de la Legislatura”. Es decir, que para hacer una ley electoral se necesitan 21 de 27 votos legislativos. Y el argumento “simple pluralidad” de la Constitución, parecería insalvable, aunque también es cierto que si al ganador le suman los votos de los otros lemas, hay material para discutir.
Luego, está lo político. En verdad… ¿A quién le conviene una ley de lemas?