La elección para presidente y el contexto internacional pueden generar turbulencias en el mercado. El presidente del Banco Central adelantó que puede haber factores perturbadores de la estabilidad el próximo año. Informó que disminuirá el ajuste de la banda cambiaria y que está trabajando en recuperar la credibilidad del mercado.
El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, aseguró que está trabajando en forma permanente para recuperar la confianza de los inversores, pero que el riesgo financiero todavía sigue latente. Adelantó que el próximo año seguirá con la estrategia de bandas cambiarias y planteó que existen elementos políticos en la región y un contexto internacional difícil que pueden “generar ruido en 2019”. En la city interpretaron el comentario de Sandleris como la apertura del paraguas. Los operadores vienen planteando que el mercado puede regalar varias sorpresas el año próximo y, por lo tanto, no creen que haya un programa económico inmune.
Sandleris informó que el próximo año el ajuste del piso y el techo de la banda cambiaria podría ser algo más lento. “Vamos a continuar trabajando con zonas de intervención y no intervención durante el próximo año. Pero el ritmo del ajuste probablemente será un poco más bajo de lo que es ahora. En este momento es del 3 por ciento. Podría ser un poco menos”, detalló. Esa medida supone que confía en que el próximo año bajará la inflación y las tasas de interés, con lo cual deberían moderarse las expectativas de devaluación y, por tanto, el ritmo de aumento del dólar. A la vez, indicó cuáles son los puntos que mira atento para poder garantizar la estabilidad financiera en los próximos meses. “Mi primera preocupación es el contexto internacional, el cual es mucho más desfavorable de lo que hemos visto en los últimos años”, indicó. “Los años de liquidez internacional extrema que vimos en el pasado están llegando a su fin, y eso crea un contexto mucho más desafiante para los mercados emergentes”.
Para el funcionario la incertidumbre política en Brasil, el mayor socio comercial del país, es otro obstáculo para la economía local. También apuntó al proceso electoral en la Argentina del próximo año como otro elemento que puede aportar volatilidad. “Estos factores podrían ser responsables de crear algo de ruido el año que viene”, apuntó.
Una de las deudas del Central es recomponer la credibilidad de los inversores en la política oficial. Este año el gobierno de Macri cambió en tres oportunidades el programa monetario y tres economistas distintos estuvieron al frente de la entidad. “La credibilidad y la confianza son como el cristal: se rompen fácilmente y tardan mucho tiempo en volver a recuperarse”, planteó Sandleris. “Ahora estamos en el proceso de restablecer la confianza”. La debilidad de la misión que se propone el presidente del BC es que quiere recuperar credibilidad aplicando las mismas políticas de altas tasas de interés, que alienta la bicicleta financiera que terminó provocando la corrida contra cambiaria iniciada en abril pasado.
“Estamos haciendo un esfuerzo permanente en la comunicación para que todos los participantes del mercado sepan lo que pueden esperar de este Banco Central”, declaró Sandleris en una entrevista a la agencia Bloomberg. Una de las principales críticas del Fondo Monetario Internacional a la gestión del Banco Central fue la falta de comunicación cuando se negoció el crédito de salvataje. Ahora Sandleris es el encargado de gestionar el programa monetario propuesto por el FMI para el Banco Central. No se toman decisiones sin consultarle al organismo de crédito, que se transformó en la única fuente de financiamiento externo al país a partir del segundo trimestre de este año, cuando fondos de inversión empezaron a alejarse de la plaza local. “Mi sueño es que nadie hable del Central en Argentina, que no se hable porque la inflación es baja y hay una moneda estable”, cerró Sandleris. Se trata de una definición idéntica respecto de la que auguraba Federico Sturzenegger a finales de 2015 cuando asumió en el Banco Central.