obrio, de buenas costumbres, sin excesos. La definición de la RAE de la palabra “austero” encaja a la perfección en este San Lorenzo puntero de la Liga Profesional, que este sábado logró una goleada resonante ante Gimnasia con el agregado de un nuevo ingrediente a la receta de Rubén Darío Insua: además de aprovechar al máximo las oportunidades y de optimizar los recursos disponibles, también le sumó potencia y eficacia ofensiva, con Vombergar y Bareiro impecables, publicó Olé.
A pesar del pedido de postergación en la previa, no hay ola de calor ni récord histórico de temperatura en la Ciudad que frene el fervor de los hinchas del Ciclón. Recién van siete fechas, pero el “para ser campeón, hoy hay que ganar” que se escuchó en el Gasómetro cuando el equipo salió a la cancha marca el pulso de la gente. Y el Gallego, después del empate en un clásico que lo dejó inmerso en la polémica por la actitud en el Ducó, captó el mensaje y demostró que no se conforma con lo que se había visto en las anteriores cuatro fechas, con tres triunfos por la mínima y el empate en el clásico.
De entrada, el DT apostó por el tridente ofensivo Bareiro-Vombergar-Cerutti, a la hora de reemplazar a la Roca Sánchez eligió a Martegani para tener más volumen de juego y en el punto de inflexión del partido, que fue la tempranera expulsión de Enrique a los 15’ -innecesario patadón a Braida-, RDI arriesgó y vaya si ganó.
Afuera Luján, adentro un delantero, Leguizamón, y Cerutti y Braida laterales ofensivos por las bandas. Y una vez más, en una tarde con un termómetro al borde de los 40°, el Vombergar de Boedo recibió el llamado de Braida desde la izquierda, se subió al autobomba y estuvo en el lugar y momento indicado para conectar de cabeza un centro llovido al que le dio la potencia y ubicación ideal para poner el 1-0 .
En 38’ y a pesar de la superioridad númerica, ese testazo del goleador fue el primer remate a los tres palos del arco del Lobo. Es más, minutos antes, Batalla pusó firmes las manos y evitó el 0-1 ante Tarragona. Pero así es este líder de la LPF, que no tiene un plantel lleno de figuras como los de Boca, Racing y River, que fue gasolero en el último mercado de pases, pero que tiene un DT reciclador que no descarta nada y aprovecha lo que tiene a mano cuando pierde una pieza.
Es cierto que la roja al pibe del Lobo le simplicó las cosas al local y a la vez el mérito de SL fue asumir la responsabilidad de un buen puntero -en soledad tras el empate de Defensa- y se animó a buscarlo. Y esa confianza que se replica en los jugadores alcanzó hasta a Adam Bareiro, quien después de tres partidos sin goles festejó un doblete y hasta se animó a picar un penal -sutil agarraron a Braida- para tomarse revancha de un idéntico lujo en 2019, que esta vez tuvo otro final ante un Lobo al que le costó carísimo el planchazo de Enrique y que llega golpeado al clásico.
Mientras Hernández festejaba el cuarto, el Gasómetro era una fiesta. Con la excusa del calor, las camisetas se convirtieron en ventiladores con ráfagas de ilusión. Hubo ovación a Vombergar desde la platea Sur y aplausos generalizados a Insua, el artífice necesario del séptimo triunfo al hilo como local. Porque el Gallego le agregó un renglón a su libreto y también goleó en sus decisiones.