En el último año, la mayoría de los ingresos de buena parte de la población se vieron disminuidos en términos reales. Por un lado, el ajuste en las cuentas públicas hizo evidenciar una pérdida de poder adquisitivo a quienes reciben ayudas estatales y a aquellos que trabajan en el sector público y por otro, la política económica impactó directamente sobre los asalariados tanto registrados como no. La caída es generalizada y heterogénea.
Según un informe de Fundar, antes de la devaluación de diciembre de 2023, el salario promedio del sector privado registrado se encontraba en su nivel más bajo de los últimos 14 años. La pérdida de poder adquisitivo, en el marco del cambio en la política económica, representó la mayor caída mensual de los últimos 30 años.
En diciembre del año pasado, «el salario promedio registrado se redujo un 11,4% en sólo un mes. Si bien para septiembre de 2024 los salarios ya habían recuperado gran parte de esta caída, el promedio de los primeros 10 meses de gestión evidencia una caída del 8,4% interanual en el poder adquisitivo, situándose en niveles similares a los de 2007», señaló el think thank. En la medición punta a punta entre noviembre de 2023 y septiembre la contracción fue del 3%.
Al interior del sector privado se observa un desempeño en los ingresos heterogéneo. Aunque todos cayeron, algunos rubros lograron prácticamente empardar el poder adquisitivo, mientras que otros tuvieron retracciones en torno al 20%. Los más perjudicados fueron los trabajadores de Transporte, cuyos ingresos cayeron 21,4% entre diciembre pasado y septiembre; y los más «beneficiados» fueron los bancarios, que solo perdieron 0,3 por ciento.
«Los desempeños menos favorables se explican por el retraso en la firma de los acuerdos y por incrementos intermitentes que no alcanzaron la inflación pasada. Los más favorables se debieron, en cambio, a un acortamiento de acuerdos y la inclusión de aumentos mensuales», explicó Fundar. De todos modos, el sector privado fue uno de los que menos deterioro sufrió en sus ingresos y más rápidamente inició el proceso de recuperación.
En el caso de los asalariados no registrados, los llamados informales o «en negro», el promedio de la caída de los primeros 10 meses de la nueva gestión respecto al período diciembre 2022-septiembre 2023 fue del 19% y en la medición punta a punta entre noviembre de 2023 y septiembre, del 13 por ciento.
En tanto, en los extremos de todos los sectores de la población que perciben algún ingreso, se encuentra a quienes cobran la Asignación Universal por Hijo (AUH), con un crecimiento real del 27%, y los beneficiarios del Plan Volver al Trabajo (ex Potenciar), con una caída del 46% en promedio.
Estas diferencias «se explican por un objetivo del Gobierno en términos de ingresos: desarticular la ayuda social vía movimientos sociales y jerarquizar a la AUH. A pesar de los aumentos de la asignación, considerándola junto con la Tarjeta Alimentar (dado que el 80% de beneciarios AUH cobra ambos beneficios) es difícil sostener que este sector fue resguardado, ya que en los primeros 10 meses del gobierno de Javier Milei, el monto a valores reales se desplomó 23,8%. Además, el incremento del 30% en la tasa de pobreza y la duplicación de la indigencia evidencia el limitado escaso impacto de esta política», aseguraron desde Fundar.
En lo que respecta a los salarios del sector público, su caída entre noviembre de 2023 y enero de este año alcanzó el 22,1%, casi el doble de la registrada en el sector privado. La recuperación también fue mucho más débil. La contracción punta a punta entre noviembre del año pasado y septiembre alcanzó el 16% real y el promedio de los primeros 10 meses de gobierno, de 23 por ciento.
Hacia adentro del sector público se encuentran mayores disparidades. «El salario de los docentes universitarios sufrió un recorte aún mayor que el promedio. La caída del poder adquisitivo entre noviembre y enero para este segmento de trabajadores fue del 30,3% y, si bien tuvo una leve recuperación a posterior, fue tan débil como en el promedio del sector público (21,9%)», precisó el trabajo realizado por Sebastian Etchemendy, Federico Pastrana y Joan Manuel Vezzato.
El deterioro de las jubilaciones
Por otro lado, las jubilaciones evidenciaron dos trayectorias negativas pero diferenciadas. Los haberes mínimos (47% del total) pasaron en abril de 2024 a ser actualizadas mensualmente por el Índice de precios al consumidor (IPC), con un aumento extraordinario del 12,5%. Esta modificación permitió una rápida recuperación del poder adquisitivo.
«Pero el congelamiento del bono impidió que esa recuperación llegue a los niveles previos al salto devaluatorio. El resto de las jubilaciones, regidas únicamente por la fórmula de movilidad, tuvieron una recuperación más acelerada. Sin embargo, sin bono, la caída frente a la aceleración inflacionaria tras la devaluación de diciembre fue mucho más abrupta y la pérdida de ingresos producida en el medio da cuenta del mayor deterioro», sostuvo el informe.
En ese marco, entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024, las jubilaciones mínimas con bono no presentaron ninguna variación, mientras que el resto de los haberes crecieron 10% en el mismo período. En el promedio de los primeros 10 meses de gobierno, la retracción fue del 16% y 25%, respectivamente.
Por otro lado, la determinación periódica del salario mínimo corresponde al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, un órgano con representación del Estado, los sindicatos y las empresas. Tras la asunción de Milei el Consejo se reunió en tres oportunidades: en febrero, en mayo y en julio.
«En ninguna de las reuniones se logró arribar a consensos respecto a la determinación del SMVM, por lo que el Poder Ejecutivo decidió resolver de manera unilateral el aumento del mínimo legal. En promedio, durante el período analizado, la caída del SMVM fue del 28,2%», aseguró Fundar.
Qué se espera en octubre y noviembre
Ahora bien, todavía no hay datos oficiales acerca de los ingresos en octubre y noviembre, pero los especialistas hicieron sus proyecciones. En perspectiva, CP Consultora indicó en un informe: «La recuperación del salario real luego del shock de diciembre 2023 estuvo íntimamente vinculada a las etapas de la desinflación. Cuando la inflación logró descender con fuerza, los salarios reales pudieron recuperarse. En el momento que la inflación mostró un escalón difícil de romper, la recuperación salarial se estancó».
«La baja en la inflación en octubre, por debajo del 3%, debería traducirse en una nueva recuperación salarial. Pero quedan dudas sobre su intensidad y extensión en el tiempo», señalaron.
Por su parte, Nuria Susmel, economista de FIEL, aseguró: «La economía se está moviendo un poco más, eso hace que haya un poco más de empleo y de ingresos. Yo asumiría que los salarios formales en octubre y noviembre mostrarán recuperación, los informales algo menos».
Vezzato, analista del área de Trabajo e Ingresos de Fundar, dijo: «No podemos decir que haya mejoras o una recuperación sustantiva en octubre y noviembre. Los salarios del sector privado registrado prácticamente se mantuvieron estancados, o sea, dejaron de recuperar, o recuperaron muy poco en estos últimos meses».
«Cuando la inflación baja más fuerte, jubilaciones y AUH recuperan un poquito más, pero muy limitado al proceso de desaceleración de la inflación, entonces no son grandes recuperaciones. Por otro lado, Tarjeta Alimentar, salario mínimo, salario docente y Potenciar Trabajo siguen perdiendo incluso. En algunos casos continúan con pérdidas porque no se actualizan los montos», agregó.