A Luciano González le ocasionaron hematomas en el rostro, fractura de tabique y fuertes dolores en el cuerpo.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el presidente Alberto Fernández el pasado 20 de marzo y extendido, por ahora, hasta el próximo 26 de abril está para ser respetado.
De lo contrario, según había dicho el propio jefe de Estado, la justicia hará lo propio para que los ciudadanos lo piensen dos veces a la hora de violar la cuarentena. «Lo que no entre con la razón, va a entrar con la fuerza», había dicho el mandatario.
Lo cierto es que desde entonces, decenas de personas -algunas disfrazadas de personajes de la televisión, otras por el simple deseo de jugar un partido de fútbol con amigas o simplemente porque estaban aburridos en sus casas y se escondieron en el baúl de un taxi para visitar a su novio- violaron el aislamiento y sobre ellos recayó el brazo de la ley, iniciándoles una causa penal por romper el aislamiento obligatorio.
Pero existieron casos donde los efectivos de seguridad abusaron de su poder y arremetieron contra personas que tan solo habían salido a hacer las compras o a sacar al perro para que haga sus necesidades. Este es el caso, entre otros, de Luciano González, quien luego de llegar de atender su comercio y repartir alimentos a dos familiares decidió sacar a su perro de raza bóxer a la vereda sin saber lo que le esperaba.
El hombre fue interceptado por policías que patrullaban en el barrio Pacífico, en Bahía Blanca, y después de una breve discusión los efectivos lo golpearon tanto a él, como a su mujer y perro. A Luciano, que se llevó la peor parte, le ocasionaron hematomas en el rostro, fractura de tabique y dolores en el cuerpo. Al mismo tiempo, el hombre publicó a través de las redes sociales un angustiante video en el que muestra su impotencia tras lo ocurrido.
El violento hecho policial ocurrió este lunes, a unas 20 cuadras del centro de la ciudad. Luciano no solo fue golpeado, sino que tuvo que pasar toda la noche demorado en una seccional policial. El argumento de los oficiales para concretar la detención fue que el comerciante no tenía el permiso para circular. “Los teníamos en el auto. Les pedí tres veces que me acompañaran y se los mostraba, pero la respuesta fue la agresión”, explicó el joven.
Los efectivos de la Comisaría Segunda que lo detuvieron le abrieron una causa por violación del aislamiento y resistencia a la autoridad. Su mujer aseguró que también fue golpeada por tres efectivas femeninas. El hombre tiene el tabique nasal fracturado y una herida considerable en un ojo. «Tengo un boxer con problemas de vejiga y tiene que orinar cada 3 horas, por eso decidí sacarlo», explicó Luciano en el video.
Y siguió: «Nosotros siempre damos la vuelta a la manzana: no sabía que no se podía, nos dijeron que ‘tiene que ser dos casas para allá y dos casas para acá. Nos paró el móvil de la policía, les explicamos qué estábamos haciendo, les mostramos al perro y el oficial me dijo que lo iba a tener que acompañar. Le dije que tenía mi permiso, si me podía acompañar hasta mi casa y me dijo que ‘no’; me pidió que me suba al vehículo».
Según relató, les pidió que «por favor, mañana me tengo que levantar temprano» y en ese momento uno de los oficiales lo agarró del cuello, lo tiró al piso y comenzó a propinarle una dura golpiza. «Les dije que estaba perdiendo mucha sangre, si podía llamar a alguien, y me dijeron que ‘no’. No lo insulté, ni le hablé mal. No firmamos nada. Le dije que por favor me acompañe una cuadra a buscar los permisos», sostuvo el comerciante.
Y agregó: «Me dijo que no y me agarró del cuello y me tiró al piso. En ningún momento me resistí. Soy un laburante que está podrido de todo esto. Me siento ultrajado, con bronca de no actuar, en ningún momento le levanté la mano ni el dedo. Nosotros no tenemos derechos. Los chorros tienen más derechos que nosotros. Me dejaron en un patio continuamente perdiendo sangre. Estoy lleno de permisos para andar en regla».
Finalmente, Luciano recordó que antes de llevarlo a la comisaría en el patrullero, los efectivos también golpearon a su perro. «Cuando lo subieron al patrullero, le metieron una patada (al perro) y lo metieron adentro. A mí me agarró la mujer que estaba con él y me tiró contra el otro patrullero. Bajaron dos mujeres más de otro patrullero y me daban piñas en la cabeza porque estaba desesperada porque el milico estaba moliendo a palos a mi marido en el suelo», sumó la pareja de Luciano, muy angustiada por lo que tuvieron que vivir durante la noche del lunes.
A los efectivos que intervinieron, la Policía bonaerense decidió separarlos: Asuntos Internos de la policía bonaerense separó del Comando a cuatro agentes, tres hombres y una mujer. Mientras se instruya el sumario, estarán fuera de la Fuerza hasta tanto se llegue a una conclusión sobre su conducta