‘Pico’ Mónaco venció a Raonic en cinco sets y enfrentará al español Rafael Nadal, seis veces ganador de ese certamen, quien viene de ganarle también hoy a otro argentino, Eduardo Schwank en mangas corridas. Leo Mayer perdió más temprano con otro ibérico: Nicolás Almagro, en tres sets.
Juan Mónaco estuvo dos veces set abajo pero llevó la definición al quinto set frente al potente canadiense Milos Raonic y finalmente le dobló la muñeca: fue 6-7 6-3 6-7 6-3 y 6-4, en más de cuatro horas y media. En octavos lo espera el mallorquín Nº 2 del mundo.
La tercera ronda le presentaba un desafío a Mónaco, que tras avanzar a esa fase había declarado que se sentía mejor jugador. Para demostrarlo debía ratificarlo avanzando a octavos ante un duro Milos Raonic. Y como para hacerlo con un plus, lo hizo remontando un encuentro que lo tuvo dos veces dos sets abajo: 6-7, 6-3, 6-7, 6-3 y 6-4 en dos horas y 33 minutos.
Fue muy parejo el desarrollo, por eso se definió en cinco parciales. Los únicos puntos flojos de una gran actuación de ‘Pico’ fueron las definiciones de los tie breaks. Tanto en el primero, como en el tercer set fue el canadiense quien estuvo más fino para tomar ventaja dos veces.
Pero el corazón del ‘Pincharrata’ tandilense apareció para remontar la historia. Mónaco cerró la segunda manga tras siete sets points y el cuarto lo manejó con temple. En el quinto quebró en el tercer game y con esa ventaja aguantó para cerrar el match. Fue un partido en el que no cedió su saque, salvando ocho chances.
Gran triunfo de ‘Pico’, que sufrió 26 aces del rival (cometió 88 errores no forzados) y concretó tres de las 16 chances de quiebre que tuvo. Ahora, Monaco no puede relajarse, ya que en octavos tendrá como contrincante a su amigo, Rafael Nadal.
Derrota previsible de Schwank
Precisamente el rey del polvo de ladrillo bajó a otro de los nacionales de la competencia en el mediodía argentino: Rafa brilló en su tierra, no le dio chances y lo superó por 6-1, 6-3 y 6-4. El español va en camino de su séptimo Roland Garros y ahora chocará contra su amigo Pico Mónaco.
En la previa a su aniversario número 26, Rafa Nadal se dio un regalo, uno de esos que más le gusta. Brilló en el polvo de ladrillo de Roland Garros, su segunda casa, y dejó en el camino a Eduardo Schwank. Fue 6-1, 6-3y 6-4 para el español, que se metió en los octavos de final y va por su séptimo título en París. El argentino batalló, se fue con la frente en alta, pero no pudo poner de rodillas al rey del polvo de ladrillo.
El choque duró 2 horas y 16 minutos y los tiempos estuvieron repartidos en los tres sets: 46, 45 y 45 minutos respectivamente. El primero duró un poquito más, pero fue el más desparejo. Allí Nadal quebró tres veces el saque del argentino, que no aprovechó sus dos chances y no pudo mantenerse a tiro. En el segundo, Schwank también tuvo dos oportunidades para quebrar y tampoco las pudo capitalizar. Rafa, en cambio, con una de una, sacó ventaja. El último fue parejo, pero como todo el duelo, el español estuvo más fino y lo cerró con su servicio. Fue el primer enfrentamiento entre ambos.
Por momentos hubo equivalencias entre el 2 del mundo y el 192 (subirá cerca de 40 puestos) y en los errores no forzados estuvieron parejos: 17 de Eduardo contra 16 de Rafa. Siguiendo con la estadística, en winners Nadal sacó una ventaja: 32 contra 25. Así, el siete veces campeón en Roland Garros, se metió en octavos y volvió a ser torazo en su rodeo con 25 años. En la próxima ronda, ya con 26 pirulos 8cumple el 3 de junio), chocará contra su amigo Pico Mónaco.
Por el lado de Schwank, fue un buen torneo, llegando desde la qualy y en el cuadro principal dejando en el camino a Ivo Karlovic y Florian Mayer. En crecimiento.
Almagro siempre estuvo lejos
Leo Mayer no pudo con un inspirado Nicolás Almagro, que lo vapuleó por 6-4, 6-1 y 6-2 en la tercera ronda de Roland Garros. «Todos los años me tocaron los mejores, por eso nunca pude pasar la tercera ronda acá», comentó el correntino.
Desde el vamos pintaba difícil. Y las pistas eran clave. Por un lado, Leo Mayer nunca había podido superar la tercera ronda de Roland Garros. Por el otro, el ranking no le jugaba a favor: 62° contra 13° del español Nicolás Almagro que, último punto en cuestión, ya le había ganado el año pasado en el ATP de Buenos Aires.
El primer set fue el más parejito de todos: Almagro quebró recién en el último game para llevárse el chico inicial por 6-4. Fue ahí cuando Mayer, caliente, revoleó una toalla. En el segundo no hubo compasión: el de Murcia quebró de entrada para el 2-0 y después la piloteó, incluso, con quiebre de Leo y todo, que sirvió para la anécdota, como su insulto del final:”¡Qué raqueta de mierda que tengo!”, pegó el grito en el corazón del court 7 de Rolanga. El último set no dejó lugar a dudas: con un 2-2 en el tablero, Almagro se lo terminó llevando fácil por 6-2 y acabar el juego en una hora y 51 minutos.
Fuente: Diario Olé
