Román viajó a la provincia cuyana para bancar al equipo de forma presencial en el duelo de semifinales frente a Argentinos.
Después de la dura derrota ante Gimnasia y del episodio del micro, donde Juan Román Riquelme bajó a los jugadores para realizar una reunión en el vestuario, ahora el vicepresidente decidió subirse a un avión y viajar a Mendoza para estar de forma presencial en un partido crucial para el semestre de Boca: las semifinales de Copa Argentina ante Argentinos.
Sin lugar a dudas no se trata de un duelo más para el Xeneize. A día de hoy, en la tabla general del torneo local está afuera de la clasificación a la próxima Libertadores y por ende le vendría perfecto levantar el trofeo de la Copa Argentina, que entrega una plaza directa. Para que eso se dé deberá superar al Bicho este miércoles desde las 21.10 y después conquistar la final, que será ante el ganador del choque entre Talleres y Godoy Cruz.
Román llegó al aeropuerto y los hinchas de Argentinos que también estaban camino a Mendoza le pidieron un aluvión de fotos. El también ídolo del club de la Paternal accedió a cada uno de los pedidos. Transcurrida esta situación, y luego de negarse a hablar con los medios presentes, fue directo a embarcar para estar presente a la noche en el estadio Malvinas Argentinas.
Pasadas las 13, aterrizó en tierras cuyanas y se dirigió al hotel donde está hospedado el plantel de Boca. Ahí lo esperaban cientos de hinchas del Xeneize, que al igual que los del Bicho a la idea le pidieron un sinfín de fotos. «El cariño y amor que le tienen a Román, desde que salimos de Buenos Aires hasta que llegamos acá, el afecto que le tiene la gente. Algunos no le tienen afecto, pero es así», lo describió Jorge Amor Ameal.
La cumbre en la Bombonera
«Para mí no es ningún lío lo que pasó. Yo al hotel no voy, no tengo por qué ir. Yo no sabía que estaba mal felicitar a los jugadores. Todo el tiempo buscan… Fui a felicitar a los jugadores y se armó una novela bárbara. Pero tenemos claro quiénes son, cuáles son los programas. Son siempre los mismos. Esto es divertido, porque el hincha de Boca ya lo entendió. Desde el día que ganamos las elecciones, sabemos cómo es», arrancó JR.Play VideoEl cruce de Riquelme con el periodista identificado con River
Y luego, aclaró: «Yo no tengo por qué sentirme mal porque fui a felicitar a los jugadores. Pasa que estamos mal acostumbrados en este país. Yo nunca voy a vivir como dirigente porque siempre voy a ser futbolista. Pero acá creemos que cuando entra un dirigente al vestuario es para retar o echar al técnico. Y yo estaba feliz por el segundo tiempo que habían jugado con Gimnasia», contó el vice.
La respuesta a Ruggeri
El Cabezón había atacado al vice por el episodio del micro y hasta dijo: «Se cree el dueño del club. Como jugador, allá arriba. Como persona, te defrauda a cada paso», tiró el Cabezón en ESPN. Por eso, Román no perdió la chance de contestarle.
«Yo miro poca tele, pero a mí me cuentan todo. Y me enseñaron a vivir de una sola manera. Si sale un amigo y dice que lo defraudé, me pondría mal porque sé que él me quiere y que yo lo quiero. Lo mismo si pasa con un familiar. Pero si lo dice una una persona con la que no tengo relación, no me genera nada. No puedo defraudar a alguien con el que no tengo relación. No es tan difícil esto. Yo vivo de una manera, trato de ser simple cuando contesto, soy simple en mi vida… Cuando salen a decirte estas cosas, no me causa nada, lo que dice ese muchacho, para mí no cuenta…».
El momento en el que fue al vestuario
«Yo estaba del otro lado. Los jugadores estaban en el vestuario, ahora salen por la otra puerta y agarran su vianda, los que se bañaron rápido, y salen por la otra puerta, algunos estaban en el micro ya, por eso se bajaron. Acá no hay ninguna consecuencia en sí, acá parece que felicitar a tus jugadores está mal, yo nunca vi nada igual, es como si va tu jefe a vos y te felicita porque estás haciendo bien tu trabajo y te quieran armar una novela, es fabuloso. Además, cuando uno es el encargado del futbol, no soy el portero del club, me dedico al futbol”.
Y agregó: «A un dirigente nunca se le hubiese ocurrido ir a felicitar a sus jugadores porque siempre reacciona como los hinchas, si el hincha está enojado, el dirigente está enojado, si está contento, está contento…”.
La reacción del plantel a la charla
“Los jugadores están bien, están contentos. Ayer salió nuestro capitán a hablar, y después de que hablamos en el vestuario los muchachos ya comentaban a ver qué inventan ahora, ellos ya le agarraron la mano al juego y entienden como es Boca”.