Antonio Miguel Félix tiene 67 años y no pudo ver al Xeneize por primera vez en su vida porque le vendieron entradas falsas. Desde el club ya lo invitaron a la Bombonera.
Antonio Miguel Félix tiene 67 años, es jubilado y el miércoles fue estafado. Hincha de Boca desde pequeño, soñaba con ver a su equipo en una cancha por primera vez en su vida. Es por eso que cuando se enteró de que el Xeneize iba a jugar en La Rioja, su casa, compró cuatro entradas en la reventa (que le costaron 24 mil pesos en total) y se dispuso a disfrutar de un momento que nunca iba a olvidar.
Pero cuando Antonio llegó a la puerta del estadio Carlos Augusto Mercado Luna, donde Boca derrotó 1 a 0 a Ferro por la Copa Argentina, recibió una mala noticia: las entradas que había comprado eran falsas. Había perdido los 24 mil pesos por las cuatro entradas que había comprado y tampoco iba a poder cumplir su sueño.
Cuando en las redes sociales se enteraron de lo que había pasado, comenzaron con una campaña para poder llevar a Antonio a la Bombonera. La historia llegó a los dirigentes de Boca, que de inmediato se pusieron en contacto y lo llevarán a ver el partido del miércoles ante Tigre. Pero no solo estará el miércoles, sino que este domingo irá a Santiago del Estero, para el encuentro ante Central Córdoba. Será un sueño para él.
Juan Román Riquelme decidió hacerle un regalo extra. El ídolo y vicepresidente de Boca le envió una camiseta autografiada. “Hola, espero que estés muy bien y que disfrutes mucho del partido. Estamos muy felices de que seas bostero igual que nosotros. Te mando la camiseta firmada. Chau, felicidades”, le dice Riquelme a Antonio Miguel Félix en un video que se viralizó en las redes.
Antonio, del mal momento a cumplir su sueño
Antonio Miguel Félix soñaba con presenciar un partido de Boca por primera vez en su vida. Empezó el miércoles con una sonrisa: sabía que iba a poder ver al club de sus amores en La Rioja, ante Ferro, por la Copa Argentina. Había llegado el día y por dentro entendió que se trataba de algo inolvidable, un hecho que iba a marcar su historia para siempre.
Antes de hacer la fila de ingreso le dijo a su hija Flavia que ya estaba, que se podía ir tranquilo de esta vida, que estaba por saldar una deuda que arrastraba desde hacía 63 años. Cuando los encargados de la seguridad le pidieron sus tickets nunca imaginó lo que estaba por ocurrir.
Antonio se hizo de Boca cuando tenía cuatro años. Con 67 se preparaba para vivir un momento con rasgos de epifanía. Llegó al estadio Carlos Augusto Mercado Luna en silla de ruedas y con una campera del Xeneize, acompañado por sus hijas y cuñados. Primero trató de conseguir una entrada para discapacitados. No había más. Fue un vecino quien le pasó un contacto para comprar en la reventa.
Con su sueldo de jubilado adquirió cuatro entradas. El precio oficial era de 2500 pesos cada una, pero a él se las cobraron seis mil. Un total de 24 mil. Pero Antonio no dudó. Era su sueño. Si había que gastar la plata en algo era en eso. No podía dejar pasar la posibilidad de ver a Boca, justamente en La Rioja, su casa.
Entonces sí, en ese instante, hizo la fila. Se animó a mover los brazos al ritmo del resto de los hinchas que entraba a la cancha. Los ojos, dicen sus hijas, le brillaban como nunca antes. Pero todo cambió en un instante. Desde la seguridad del estadio le dijeron que las entradas eran falsas. “No lo podíamos creer, fue un momento muy duro”, cuenta Flavia, su hija, en TN.
Antonio miró para abajo, luego a los costados, y finalmente hacia su familia, como si esperara que alguien le diga que todo se trataba de una broma. “Las entradas quedan retenidas o tenemos que ir a la comisaria”, fueron las palabras que escuchó Antonio de parte de los encargados del ingreso y sí, ahí sí, supo que era real lo que pasaba.
“No saben la impotencia que tengo, ver llorar a mi padre por la vergüenza que pasó cuando la policía le dijo que no podía entrar porque las entradas eran truchas. Minutos antes estaba feliz, y nos decía que ya se podía ir tranquilo porque se le había cumplido el sueño”, agrega Flavia. Una serie de fotos de Antonio sentado sobre un cantero, con la mirada perdida, desataron una campaña en las redes sociales para ayudarlo.
De inmediato, el pedido de los hinchas llegó a Boca. En el club entendieron que eso no podía quedar así. La reacción fue supersónica: le pagarán el traslado hacia Buenos Aires y le darán un lugar muy especial en la Bombonera, para que pueda presenciar un partido.
“Les agradezco a todos, de corazón, voy a cumplir mi sueño de niño. Me voy a sentir bien a pesar de lo que pasó acá. Les agradezco a todos”, dice Antonio, entre lágrimas, en un video cargado de sentimientos.