Riquelme juega y enfrenta a Macri en las elecciones de Boca

El máximo ídolo xeneize jugará en la elección del 8 de diciembre y jaquea como nunca al oficialismo en su bastión. Angelici intenta un diálogo contra reloj con Beraldi. Horas cruciales para el cierre de…

miércoles 20/11/2019 - 15:53
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El máximo ídolo xeneize jugará en la elección del 8 de diciembre y jaquea como nunca al oficialismo en su bastión. Angelici intenta un diálogo contra reloj con Beraldi. Horas cruciales para el cierre de listas.

A comienzos de la tarde de este miércoles, horas antes de que a la medianoche venza el plazo para la presentación formal de las listas para las elecciones del 8 de diciembre en Boca Juniors, habló el máximo ídolo histórico, Juan Román Riquelme, y despejó una de las principales dudas que quedaban. Sí será parte de la disputa y, caída la posibilidad de unidad que había pedido semanas atrás, definió: «Voy a formar parte de la lista de (Jorge Amor) Ameal y (Mario) Pergolini».

La novedad de que será candidato a vicepresidente segundo y que, de imponerse, tendrá a cargo el Departamento de Fútbol, acompañada de la suspensión hasta junio del partido despedida inicialmente programado para el 12/12, había sido buscada en negociaciones reservadas en los últimos días por allegados al opositor y, una vez divulgada, generó euforia entre sus allegados. «Si ya estábamos bien, con Román acompañándonos, no va a haber elección», decían con euforia. Si estuvieran en lo cierto, Riquelme dejaría de ser solamente el protagonista del primer desafío a Mauricio Macri, el día del famoso Topo Gigio en la Bombonera en protesta por la decisión de aquel de vender su pase, y sería quien le dé la estocada final, al sacarlo del club que constituye, más allá del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el último bastión del PRO.

Sin embargo, hay que esperar a que se cuenten los votos, porque el oficialismo menguante, que llegó a Boca en 1995, mantiene aún fortalezas y se jugará en las próximas horas la carta de la unidad con el espacio del José Beraldi, dueño del 25% de los votos hace cuatro años.

Lo que se dirime es la titularidad de un cargo de enorme visibilidad pública y, si todo va bien, capaz de generar carreras políticas de primer orden. Además, la responsabilidad de manejar un presupuesto de 3.770 millones de pesos, según el presupuesto del ejercicio que termina el 30 de junio del año que viene, cerca del 40% del de una capital provincial como La Plata.

“A esta hora”. Esa es la frase que repiten, ante las consultas de Letra P, para describir una rosca frenética fuentes de los espacios con mayores chances de pelear: la oficialista-macrista que postula a Christian Gribaudo, la opositora que responde a Jorge Amor Ameal y la que lidera José Beraldi. “A esta hora”, entonces, todo parece indicar que no habrá unidad opositora y que Beraldi define si se decide a dar el salto de regreso a la actual conducción con el que lo tentó el presidente saliente, Daniel Angelici. Si no es así, habrá tres listas.

Si termina compitiendo en soledad, Beraldi irá acompañado por Rodolfo “Royco” Ferrari, quien hasta febrero último fue vicepresidente de Angelici y estuvo a cargo del estratégico Departamento de Interior y Exterior (las peñas). Su lugar como “tercera posición” fue codiciado tanto por Ameal como por la dupla Angelici-Gribaudo, que en los últimos días intentaron arrimarlo a sus respectivos campamentos.

El último fin de semana largo fue el turno de las gestiones del amealismo ante Beraldi. La oferta no incluyó la dupla que encabeza la fórmula de la que se define como “la verdadera oposición”: Ameal-Pergolini. Debajo de eso sí se ofreció espacio, con el propio Beraldi como vicepresidente segundo y Ferrari como secretario general. Además, se concedía el 40% de la lista, que continúa con vocales y candidatos a la Asamblea de Representantes.

La propuesta se basaba en lo que indican encuestas que elevan a Ameal como el sector opositor con mayor intención de voto. Sin embargo, Beraldi nunca aceptó declinar su postulación presidencial y esgrimió como argumentos lo que considera un apoyo más encolumnado y un acuerdo entre ambos de 2011, por el que el segundo acompañó al primero como número dos a cambio de que el orden se invirtiera en 2015. Derrotado por Angelici hace ocho años, Ameal dio por caído ese entendimiento, algo que Beraldi nunca terminó de digerir.

Otro punto de choque entre ambos es el futuro de la incomparable Bombonera.

Para Ameal, debe convertirse en la Bombonera 360, cerrándose con una tribuna que se alce sobre las dos medias manzanas que dan a la calle Del Valle Iberlucea.

Así las cosas, el diálogo entre los dos sectores de la oposición se dio por caído hacia el fin de semana, aunque persistieron los contactos subterráneos.

A partir de esa ruptura, José Beraldi acudió a un llamado de Angelici, de quien es amigo personal y con quien se reunió el martes a las 5 de la tarde. En esa charla, los desacuerdos de aquel fueron diferentes de los que le había planteado a Ameal: su veto a la presencia en la lista oficialista de dirigentes como el actual secretario general Carlos Aguas, el protesorero Diego Lajst y Marcelo London, entre algunos más. Además, pesó la falta de consenso político, ya que de las agrupaciones que acompañan al macrismo-angelicismo, solo las que responden al presidente y a Juan Carlos Crespi, quien sería vice de Gribaudo, apoyaron el acercamiento. ¿Cambiará eso ahora con el fortalecimiento de la lista de Ameal-Pergolini-Riquelme?

¿Cómo se debe entender que Beraldi, a quien el amealismo acusa permanentemente de ser funcional al oficialismo, haya aceptado un diálogo que solo alimenta esa percepción? Las viejas reyertas personales con Jorge Ameal se sumaron a las del fin de semana, lo que derivó en un interés común de Angelici y el propio Beraldi de cerrarle el paso a aquel. Ese acuerdo tampoco llegó inicialmente a la orilla, pero habrá que prestar atención en las próximas horas a la posibilidad de que el revulsivo de la candidatura de JR10 reflote las tratativas.

¿Cuál es, para Beraldi, el atractivo de tratar con un oficialismo jaqueado como nunca por la falta de resultados deportivos internacionales? Básicamente, la potencia de un aparato que asegura un piso de votos muy importante.

En 2008, sobre un padrón de 45.200 socios, acudieron a votar 9.000, que con una mayoría del 79% le dieron el triunfo a la fórmula Pedro Pompilio-Ameal. En 2011, cuando Angelici derrotó a Ameal, el padrón creció a 53.000, pero la cantidad de votantes se disparó a 24.524. En 2015, cuando el operador todoterreno del macrismo se impuso con el 43% a una oposición dividida entre el amealismo (30%) y el beraldismo (25%), sufragaron 26.126. ¿Qué explica ese salto en la participación de los socios xeneizes desde que “El Tano” juega en la interna? Para algunos, unos 10 mil carnets que manejaría el radicalismo de la Ciudad de Buenos Aires, bastión del angelicismo.

En tanto, otros jugadores de la interna xeneize, como Víctor Santa María (secretario General del SUTERH, presidente del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires y director general del grupo de medios Octubre) y César Martucci (ex secretario general del club), no respondieron a las consultas de Letra P sobre sus respectivas posturas.

“Hasta esta hora”, este es el panorama. Faltan muy poco para que todas las cartas estén sobre la mesa.

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