Miguel Herrán interpreta a Río en La Casa de Papel, la exitosa serie de Netflix. Recientemente confesó que lucha contra un trastorno de la imagen.
Según publica la 100 Radio recientemente, el joven actor brindó una entrevista al diario español El País donde reveló que su vida no es como se imagina la de muchos famosos. Herrán confesó que padece vigorexia desde hace mucho tiempo.
Herrán contó que padece esta trastorno desde su adolescencia: “Tengo espejos en los que tengo prohibido mirarme con ciertas luces, porque sé que me voy a obsesionar. Es una obsesión continua, porque una vez que empiezas ya no paras”.
“Cuando viajo en moto llevo una maleta con pesas. Y durante la cuarentena me compré un TRX, un banco y más pesas. Gané cinco kilos de músculo, pero al acabar el confinamiento dije a tomar por culo. Tengo una obsesión, pero tampoco soy gilipollas. Ha habido épocas en las que no lo he podido controlar”, agregó.
Además reveló que una de sus grandes crisis fue durante uno de los rodajes de La Casa de Papel: “Llegó un momento en el que si me agachaba me reventaba el mono. Me pidieron que parase y yo les decía que vale, pero no paraba. Cuando me decían que estaba más grande yo les respondía que era percepción suya”.
Y cerró: “He tenido momentos de volverme adicto y de levantarme mal si no tenía los likes que quería tener, un día cogí y dije, con todo el cariño de mi corazón: anda y que le den por culo. Mi vida es mi vida y no puedo estar intentando agradar a todo el mundo. No es mi trabajo, no me gusta, no lo disfruto”.
La dismorfia muscular o vigorexia es un trastorno mental en el que la persona se obsesiona por su estado físico hasta niveles patológicos. Estas personas tienen una visión distorsionada de ellos mismos, se ven débiles y enclenques.