
A través de las redes sociales, Silvia contó que un sábado, al volver del trabajo, pasó por la salida del Cordón Forestal, por Francisco Urondo sobre Sixto Ojeda, justo frente a la Comisaría Sexta. En ese momento, vio a un perro arrastrándose en medio de la calle. A pesar del peligro, los autos solo lo esquivaban, sin detenerse a ofrecerle ayuda.
El perro, sin poder caminar, parecía estar abandonado a su suerte. Silvia, preocupada por su bienestar, bajó del auto y lo corrió hacia la vereda. A pesar de no tener espacio para llevárselo, ya que viajaba con el auto lleno y acompañada de sus hijas, decidió llamar a su pareja para que viniera a ayudar. Finalmente, él fue a buscarlo y lo llevó a casa.
Afortunadamente, la historia de este perro no terminó allí. Gracias a la ayuda de Gabi Rasgido, Silvia pudo llevar al perro al veterinario, donde se le realizaron análisis de sangre para entender qué le ocurría. Inicialmente, se sospechó que el perro tenía moquillo, pero por suerte, resultó ser algo diferente, y fue medicado de inmediato.
A pesar de los avances, el perro aún no puede caminar. Aunque tiene sensibilidad en sus patas, sigue arrastrándose, lo que ha generado una gran preocupación en Silvia, quien con mucho esfuerzo ha logrado cuidar y alimentar a 16 perros en su hogar, además de otros animales rescatados.
Lo que más conmueve de esta historia es el profundo amor y compromiso de Silvia con los animales. «Lo que hicimos fue evitar que lo mataran otros perros o que fuera atropellado por los autos. Hubo personas que pasaron como si no lo vieran», explicó, quien no solo rescató a este perro, sino que también tiene en su hogar a más de 50 animales, entre perros y gatos, que alimenta y cuida con dedicación.
«Me gustaría que pudiera caminar, porque parece que tiene la posibilidad de hacerlo. Aún necesita una consulta y una placa para saber más sobre su estado», comentó. A pesar de las dificultades, Silvia sigue luchando por este perro y por todos los demás animales que rescató, sabiendo que no es fácil, pero que su amor y compromiso pueden marcar la diferencia.