Vecinos del barrio Laprida manifestaron su preocupación ante la falta de funcionamiento de la Asociación Vecinal, que actualmente se encuentra inactiva y sin una conducción clara.
«Está todo constatado a través de notas, incluso hay renuncias de personas que formaban parte de la comisión directiva», señaló Rost a FM La Petrolera. Entre ellas mencionó a Vanessa González, quien decidió alejarse tras observar irregularidades en el funcionamiento de la entidad. «Primero formaba parte de la comisión, pero cuando empezó a ver lo que pasaba, directamente renunció. Hoy solo colabora desde otro lugar», explicó.
Durante el pasado fin de semana, se realizó un encuentro al que asistieron varios vecinos, aunque la participación no fue masiva. Según Rost, el temor a represalias limita el compromiso activo de muchos residentes. «Vemos que muchos apoyan en redes sociales, pero no se presentan en persona. No se animan a ir a las reuniones», comentó.
Pese a este escenario, los vecinos que sí participan buscan recuperar la institucionalidad y reactivar la vecinal. «Queremos que la gente confíe. Nosotros, más allá de ser vecinos, queremos ayudar al barrio. Porque la vecinal no es del vecinalista, es del barrio», concluyó.
Una situación que se repite en distintos puntos de la ciudad, donde las asociaciones vecinales, fundamentales para el desarrollo comunitario, atraviesan crisis internas que afectan directamente a los habitantes de cada sector.
