Con una inflación de 13,2% en febrero, la recesión tendría una magnitud similar al nivel de 2002 y está golpeando fuertemente al consumo. Según especialistas, prácticamente todos los rubros están viendo cómo se desploman sus cifras, desde alimentos y bienes de primera necesidad hasta electrodomésticos, motos y otras pequeñas inversiones de capital. El freno, llegan a asegurar, hace rememorar el retroceso de la actividad que se vio en 2002 tras la salida de la convertibilidad.
De acuerdo a datos de Guillermo Olivetto, director de Consultora W, las ventas de electrodomésticos tuvieron una caída del 50%; cines, 40%, motos, 20%; y los insumos para la construcción, del 30 por ciento.
“Para una muy buena parte de la sociedad los precios quedaron lejísimos de sus posibilidades”, dijo el especialista y afirmó que la recesión es de la magnitud del 2002, año en que el PBI había caído 10,9% y la actividad económica, 11,1%.
Las ventas minoristas pyme cayeron 28,5% interanual en enero y 25,5% en febrero, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Las ventas en shopping se desplomaron 35,1% en diciembre (Indec) y el patentamiento de autos bajó 33,5% en el primer mes de 2024 (ADEFA).
En la misma línea, de acuerdo a Focus Market, el consumo masivo en febrero mostró un retroceso de 13,4 % interanual y del 6,6% respecto a enero.
En 2002 el PBI cayó 10,9% y la actividad económica tuvo una baja del 11,1%.
“La pérdida de poder adquisitivo del ingreso de los argentinos sigue estando al orden del día. Si bien en febrero los precios de los bienes de consumo masivo suben a un nivel inferior al que venían registrando en el mes previo aún están muy por encima de las posibilidades de acceso por parte de los argentinos. Dentro de las categorías más castigadas se encuentran artículos de limpieza y cuidado personal” indicó Damián Di Pace, director de la Consultora Focus Market
En este marco, de acuerdo a Nextbyn, se observaron cambios en los comportamientos y nuevas medidas por parte de los consumidores en pos del ahorro en productos alimenticios, bebidas, de limpieza e higiene personal:
Disminuye el consumo de primeras marcas: se reemplazan artículos de primeras marcas por otras más económicas. Esto se hace evidente en el dato de la baja de consumo de gaseosas de primeras marcas y el crecimiento de las de segundas marcas.
Sustitución de productos: sustitución de consumo de productos de precio alto por otras alternativas de menor valor. Por ejemplo, se reemplaza la carne vacuna por pollo. Se observa un estancamiento alto en el consumo de alimentos congelados, galletitas y golosinas.
Búsqueda de precio: Regresa el “caminen y busquen precio” de Lita de Lazzari. Las compras no se hacen en un solo lugar, sino que se va buscando los mejores precios de cada comercio.
Consumo por promociones y no por necesidad: El consumidor busca conscientemente las promociones para comprar preferentemente esos productos.
Compras pequeñas: disminuye las grandes compras mensuales y crecen las compras diarias pequeñas en negocios de cercanía.
Esta situación está golpeando a la industria: según los últimos datos disponibles del Indec, la producción cayó 12,4% interanual en enero y ninguna de las categorías registró crecimiento durante el primer mes del año.
La Unión Industrial Argentina (UIA), en un relevamiento entre más 700 empresas publicado la semana pasada, señaló: “Se registraron los niveles más bajos de la serie en las variables de producción y ventas, indicando una agudización de las dificultades en el entramado productivo industrial, especialmente en las pymes. Esta situación redundó en más empresas con dificultades para hacer frente a los pagos”.
Frente a estos indicadores, la entidad dijo este martes en un comunicado: “Los representantes sectoriales y regionales analizaron la dinámica industrial durante los primeros dos meses de 2024. La caída del mercado interno y el impacto del crecimiento de los costos fueron algunos de los temas planteados. Se marcó la necesidad de desarrollar nuevos instrumentos de política industrial (líneas de financiamiento, medidas tributarias, laborales, entre otras), junto con acciones para amortiguar el impacto en las pymes y en las economías regionales ante un escenario recesivo. Se destacó la importancia de generar una pronta recuperación del nivel de actividad para lograr las metas fiscales, monetarias y cambiarias sosteniendo el nivel de empleo y producción”.
Desde LCG afirmaron: “Un consumo local resentido por el ajuste que evidencian los ingresos impone un freno a decisiones de expansión aun cuando el abaratamiento de los costos en bienes y servicios no transables en dólares (oficiales) todavía sea significativo”.