El esquema de segmentación constituye uno de los puntos centrales del equipo económico para cumplir con las metas de control del gasto.
Tras casi tres años de congelamiento, las tarifas de los servicios de electricidad, gas y agua comenzaron a subir en el segundo semestre de 2022. Después de varias idas y vueltas, el Gobierno estableció un esquema de quita de subsidios que habilitaron una serie de aumentos para este año y que continuarán en 2023.
Este plan de segmentación tarifaria constituye uno de los puntos centrales del equipo económico para cumplir con las metas de gasto público acordadas con el FMI. Por eso, TN elaboró una guía para comprender cuáles son los aumentos que ya se aplicaron y los que están por implementar.
Luz
En cuanto al servicio eléctrico, las tarifas subieron 27% promedio en noviembre para los usuarios residenciales, comercios e industrias del AMBA. Los nuevos valores rigen desde el primer día de ese mes y se mantendrán hasta el 31 de enero de 2023.
Según lo dispuesto oficialmente, los usuarios del Nivel 1 son los de mayores ingresos y a los que se les eliminará el subsidio de forma total; el Nivel 2 corresponde a las personas de ingresos bajos que mantienen la asistencia estatal completa y el Nivel 3 incluye a las personas de ingresos medios que pagarán tarifa sin subsidios si superan un cupo mensual.
Los clientes del segmento más alto irán perdiendo subsidios en tres tramos: un 20% entre octubre y noviembre, un 40% entre diciembre y enero de 2023 y el 40% restante entre febrero y marzo.
Así desde abril, quienes paguen la tarifa plena, podrían sufrir un ajuste cercano al 200%, de acuerdo con estimaciones privadas como las realizadas Equilibra o la Fundación Alem.
A los hogares de ingresos medios se les mantendrán los subsidios, pero se les cobrará la tarifa plena si superan un consumo de 400 kilowatts mensuales.
Esa RTI fue prorrogada por un año, hasta fines de 2023. En consecuencia, la revisión quedará en manos del próximo Gobierno, pero eso no implica una suspensión de aumentos de tarifas para el año próximo, ya que las subas se ejecutarán, como hasta ahora, de manera “transitoria”.
Gas
En septiembre, el Gobierno oficializó el aumento de las tarifas de gas en todo el país, que comenzó a efectivizarse en noviembre. Los nuevos cuadros tarifarios contemplan subas promedio del 84% para los usuarios residenciales (sin importar el estrato) durante los próximos seis meses.
Los subsidios a este servicio prevén recortes graduales para que se termine pagando la tarifa plena hacia el otoño del año siguiente.
De este modo, la quita del aporte estatal para los usuarios del Nivel 1 (ingresos altos) se aplica de la siguiente manera: 20% en octubre, 40% en noviembre y 40% en enero de 2023. Tendrán un aumento tarifario de hasta 167%. Por el contrario, a los usuarios de menores ingresos (Nivel 2) se les mantendrá el subsidio.
En el caso de los usuarios de ingresos medios (Nivel 3) recibirán un subsidio por un volumen equivalente al 70% del promedio de los umbrales mínimo y máximo de consumo de cada categoría y teniendo en cuenta la división en subzonas del país. El 30% restante tendrá una suba del 167% y pagará la tarifa plena.
Cálculos oficiales indicaban que la tarifa plena la pagaría apenas el 10% de los usuarios, pero de los más de 8,7 millones de hogares, solo 5,5 millones solicitaron los subsidios. En consecuencia, será el 35% de los hogares los que dejarán de percibir la asistencia estatal.
El Gobierno convocó para el 4 de enero a una audiencia pública para definir los ajustes tarifarios del servicio de transporte y distribución de gas a nivel nacional, que se aplicarán a partir de febrero. En esa audiencia se tratarán los “nuevos cuadros tarifarios de transición” que solicitarán las operadoras privadas.
Agua
El último aumento tarifario que había aplicado AySA fue en marzo de 2019. Eso hizo que la gente pagara por litro de agua el 30% de lo que cuesta potabilizarla y que el Estado Nacional cubriera el 70% del servicio, según cálculos la empresa.
Más de tres años después, la compañía comenzó a aplicar un ajuste a los usuarios residenciales y comerciales de la Capital Federal y de 26 partidos del Gran Buenos Aires. Las nuevas tarifas para los clientes hogareños que perderán una parte o la totalidad de los subsidios están vigentes desde el 1° de noviembre y representan aumentos finales que oscilan entre el 60% y 150% para cuando los usuarios ya no tengan el subsidio, de todas las zonas geográficas de AySA.
A diferencia de los servicios de luz y gas -donde la segmentación tarifaria se aplica en función de los niveles de ingresos y la situación patrimonial de los usuarios- con el agua se toma en cuenta un criterio geográfico por zonas: alto, medio y bajo.
El esquema de reducción de los subsidios en este servicio contempla una quita en tramos del aporte estatal hasta su eliminación en junio de 2023 para el 85% de los usuarios.
Así, quienes están ubicados en las zonas de ingresos medios –alrededor de un millón de usuarios- sufren una quita gradual: el subsidio se redujo a 40% en noviembre, otro 20% en enero y se pagará la tarifa plena a partir de marzo de 2023. Este grupo involucra a los barrios porteños de Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Villa del Parque, Almagro, Balvanera y San Nicolás, entre otros.
Los usuarios de ingresos bajos (1,1 millones de usuarios) tienen subsidios del 45% a partir de noviembre, luego del 30% a partir de enero y del 15% en marzo del año que viene. Este último porcentaje lo mantendrán por un año. Abarca a los barrios porteños de Mataderos, Villa Soldati, Villa Lugano, entre otros; también, a la mayoría de las localidades del Gran Buenos Aires.
Los usuarios residenciales de ingresos altos ascienden a 520.000 y no tienen subsidios desde noviembre. A ellos se aplica un aumento de hasta 150%. Incluye a los barrios porteños de Núñez, Belgrano, Palermo, Recoleta, Caballito y parte de Retiro, a los que se suman barrios privados y countries ubicados en el conurbano bonaerense.
Por su parte, los hogares que cuentan con la tarifa social mantienen el subsidio.