El delincuente exhibió un arma con el fin de reducir a la vendedora y que ésta entregue la recaudación, pero no contaba con que ella no estaba presente físicamente en el local, por lo que no tuvo otra opción que retirarse frustrado y con las manos vacías antes de que se bajen las cortinas del negocio.
“No te puedo dar nada, porque no estoy ahí. Estoy a distancia”, exclamó la joven que se encontraba atendiendo el negocio. Sin el pánico habitual que invade a las víctimas de los asaltos, Camila intentó explicarle de manera serena al delincuente que no había manera de entregarle la recaudación, ya que no se encontraba en el local en ese momento, y tampoco podría hacerlo, ya que los kioscos “inteligentes” cuentan con un sistema avanzado y muy seguro desarrollado especialmente para evitar situaciones de este tipo.
Todo ocurrió el lunes pasado en la zona céntrica de la localidad bonaerense de Hurlingham, donde un delincuente entró, a cara tapada con un casco de moto, inicialmente con intenciones de “comprar”, o eso parecía.
En dicho negocio, todo está dentro de máquinas protegidas con vidrios y el cliente puede seleccionar lo que quiera llevar apretando en las pantallas táctiles que disponen los mostradores. Esto, al no poder agarrar ningún producto, despertó la frustración del hombre que decidió “apurar” a la vendedora, que en todo momento mantuvo la calma y observó la insólita secuencia a través de una cámara, mientras estaba en un lugar seguro y lejano al negocio.
Ante la amenaza del ladrón con un revolver, la joven aclaró que no le podía dar nada ya que no se encontraba físicamente en el lugar, ya que ella manejaba el negocio a distancia. Lo que frustró nuevamente al malhechor, que tuvo que huir ante el cierre de las persianas del local, por haberse activado la alarma del negocio.
El hecho quedó captado en las cámaras del local y ya es viral en internet.