Los jóvenes, los “anti-vacunas” y los problemas de logística complican la vacunación de los últimos argentinos que todavía no han recibido ninguna dosis.
El plan de vacunación masiva contra el coronavirus se convirtió en el foco de atención de la mayoría de la sociedad en los últimos meses, según publicó Infobae.
A esas preguntas, sin embargo, algunos responden con una negativa. Son casi 5 millones los argentinos que todavía no se aplicaron ni una sola dosis contra el Covid-19. Es una minoría, ya que el 84% de los mayores de 18 años ya recibió al menos una vacuna, pero constituye un grupo clave para lograr la inmunidad colectiva.
¿Quiénes son los no vacunados? ¿Por qué no se vacunan? La Unidad de Datos de Infobae reconstruyó algunos de los motivos que explican por qué aún un 16% de los argentinos no recibieron ninguna dosis, cuando la variante Delta amenaza con multiplicar los contagios. Los problemas de logística son el principal motivo que complica la vacunación, coincidieron las fuentes consultadas. Turnos olvidados, largas distancias hasta los centros de vacunación y dificultades de movilidad (especialmente entre los adultos mayores) son las razones más comunes.
Las fuentes consultadas coinciden en que “los anti-vacunas” son un fenómeno minoritario con relativa repercusión en los medios de comunicación pero que, en la práctica, ejercen una influencia mínima sobre las estadísticas nacionales. “No superan el 3% de la población, es un grupo realmente muy chico”, dijo un funcionario provincial que estudió el tema en los últimos meses.
En cambio, los expertos y las autoridades remarcan que entre los más jóvenes existe una tendencia que sí despierta preocupación. Entre las personas de entre 18 y 29 años, quienes saben que son una población de bajo riesgo ante el Covid-19, la vacuna puede despertar temores y, como consecuencia, una actitud que definieron como “especulativa”. Por este motivo, algunos jóvenes demoran la aplicación de su vacuna.
La mitad de los no vacunados en todo el país son jóvenes de entre 18 y 29 años, un 28,5% de esa franja etaria, según datos oficiales. La conclusión se desprende del análisis realizado por la Unidad de Datos de Infobae, que cruzó el total de población calculado por el INDEC para 2021 con la información sobre vacunados por edad que publica el Ministerio de Salud de la Nación. El universo comprende a 2.419.610 jóvenes que no tienen ni siquiera una dosis de la vacuna.
“Es cierto que son los grupos de menor riesgo y quizás sea por eso que encontramos alguna resistencia a la vacunación. Son jóvenes que creen que no van a tener riesgo y que prefieren esperar a ver las consecuencias de las vacunas. No existe un fundamento técnico-científico para rechazar este plan de vacunación”, sostuvo Ricardo Teijeiro, jefe de Infectología del Hospital Pirovano.
Agosto, “el mes de las segundas dosis” para el Gobierno, fue otro de los motivos que explican que algunos jóvenes todavía no estén vacunados. “Se priorizaron las segundas dosis para grupos con más riesgo, con bastante criterio, pero nos quedó pendiente un grupo de jóvenes que quería vacunarse y quedaron un poco relegados”, reconocieron desde una de las provincias que más avanza con las aplicaciones.
AstraZeneca y Sinopharm, dos vacunas que se destinaron para ese objetivo, están formadas por dos componentes iguales. Es decir, si se privilegiaron las dosis ingresadas a completar pautas de vacunación y, en cambio, se postergaron algunas primeras dosis de jóvenes inscriptos para vacunarse. En el caso de la Sputnik V, el foco estuvo puesto en conseguir el componente de la segunda dosis, que trajo varios dolores de cabeza al Gobierno. La primera dosis de la vacuna rusa dejó de ser una preocupación.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, había prometido que Argentina superará en agosto las 7.000.000 de aplicaciones de dosis 2 que había anticipado el presidente Alberto Fernández. El número al día de hoy asciende a 7.214.275 dosis aplicadas. Con la aceleración de segundas dosis, se cumplieron varias metas: el 69% de los mayores de 50 años ya tiene ambas dosis, el número subió hasta el 76% de los mayores de 60, el 80% de los mayores de 70 y el 76% de los mayores de 80. Los datos oficiales, sin embargo, no permiten establecer quienes se inscribieron para vacunarse y todavía no fueron convocados por las autoridades.
“Los mayores de 60 componen un grupo que tiene afinidad y confianza con las vacunas porque habitualmente se aplica la antigripal. Es el grupo al que más le pegó la mortalidad, que más complicaciones y riesgos sufrió. Por eso fueron los que más rápido se acercaron a los centros de vacunación”, explicó el infectólogo Teijeiro.