Quién era Mavys, la cubana a la que Maradona quiso traer a la Argentina en una valija

El astro la conoció cuando ella tenía apenas 17 años y quedó impactado por su belleza. Todo se complicó cuando quiso hacerla viajar al partido homenaje que se hizo en la Bombonera, en el 2001….

miércoles 25/08/2021 - 10:05
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El astro la conoció cuando ella tenía apenas 17 años y quedó impactado por su belleza. Todo se complicó cuando quiso hacerla viajar al partido homenaje que se hizo en la Bombonera, en el 2001.

“Quiero que le hagan agujeros para que pueda respirar”, les dijo Diego Maradona a los empleados que lo asistían en La Pradera, señalando el rack que utilizaba para trasladar sus botines, pelotas y demás elementos de fútbol en los viajes, según publicó TeleShow.

Se trataba de un estuche metálico grande, de los que habitualmente se usan para llevar instrumentos musicales, en el que el astro ya había comprobado que Mavys cabía perfectamente. Y estaba seguro de que, escondida allí, su novia cubana podría volar a la Argentina sin ningún problema para asistir al partido homenaje que se le hizo 10 de noviembre de 2001 en la cancha de Boca. Pero, por suerte, no fue necesario someter a la joven a semejante locura.

Diego había llegado a Cuba en enero del 2000 en compañía de Claudia Villafañe, de quien ya estaba separado de hecho desde hacía un par de años. Así que, una vez instalado en el centro de rehabilitación de La Habana dónde debía comenzar su tratamiento contra las adicciones y cuando la madre de Dalma y Gianinna ya se había vuelto a su casa, mandó a buscar a Laura Cibilla, su gran amor de entonces. Sin embargo, los celos del astro para con la ex mesera de La Diosa hacían que las peleas entre ellos fueran constantes. Y, cuando tras una de ellas la joven decidió regresar a Buenos Aires en el 2001, quedó el camino libre para que Maradona conociera a alguien más.

Obsesionado con la idea de que Cibilla había tenido un affaire con el animador del Hotel Meliá de Varadero, Diego le pidió a Carlos Ferro Viera que lo acompañara hasta el lugar para investigar. Y el empresario platense terminó haciéndose amigo del hombre señalado, para terminar confirmando que entre él y Laura nunca había pasado nada. Sin embargo, para tratar de cambiarle el humor al astro, creyó que lo mejor era presentarle a una joven que estaba en el lugar acompañando a su madre, que trabajaba en el complejo turístico como mucama.

Mavys, por entonces, tenía apenas 17 años. Y era una muchacha muy tímida. Además, a los cubanos no se les permitía hablar con los extranjeros y hasta podían ser sancionados por “acoso de turista” si lo hacían. Pero no pudo resistirse al escuchar el apellido del jugador más famoso del planeta. Y así fue cómo ella y Diego se encontraron por primera vez. Sin embargo, sin que nada llegara a pasar entre ellos, la joven regresó a su humilde hogar de Matanzas, donde vivía con su familia. Y Maradona, que había quedado subyugado por su belleza, se puso como meta volver a verla.

Con la misión de traer a la joven de cualquier manera, Ferro Viera fue a buscar a Mavys a su casa. Y solo pudo convencerla de que volviera al hotel para reunirse con Maradona llevando también a su mamá, a su abuela ¡y hasta a su novio! Lo cierto es que, al cabo de diez días, Diego regresó a La Habana. Y, al poco tiempo, la muchacha dejó a su enamorado de entonces para comenzar una relación con él. De hecho, el astro recorrió en varias oportunidades los 105 kilómetros que separaban el centro de rehabilitación donde vivía de la casa de ella. Y fue en uno de estos tantos viajes por carretera que terminó chocando con una guagua -como se le llama en la isla a los colectivos-, desconcentrado tras una pelea que había tenido con Cibilla a la distancia…

Ya siendo su pareja formal, Mavys se instaló en La Pradera junto a Maradona. Y ambos pasaban largas jornadas encerrados sin que nadie los viera asomarse de la habitación. Pero esto, dicen, también tenía que ver con los celos del astro, que no quería que ningún hombre osara siguiera mirar a su chica. En una oportunidad, Diego había ido con ella a la disco Macumba Habana, donde terminó a las trompadas con alguien que le había dicho un piropo a la joven. Y fue a partir de ese momento que decidió hacer viajar a su seguridad a Cuba, como para no resultar lastimado cuando trataba de ahuyentar a los admiradores de su novia.

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