El sábado pasado el Gobierno igualó el tratamiento de las cuentas virtuales al que ya tenían las cuentas bancarias en materia del Impuesto al Cheque. Afecta a todas las billeteras digitales como Ualá, Naranja X y otras. Dudas en el mercado.
Según informa Infobae en una edición especial del Boletín Oficial publicada el sábado pasado el Gobierno decidió que las billeteras virtuales pasarán a pagar el impuesto al cheque, el impuesto a los débitos y créditos, de la misma forma en que lo hacen las cuentas bancarias. A partir del 1 de agosto las transferencias realizadas a través de Proveedores de Servicios de Pago (PSP) estarán alcanzadas por el impuesto.
El impuesto alcanzará exclusivamente a las operaciones de personas jurídicas (esto es, empresas) que operan a través de Mercado Pago, Ualá y cualquier otro de los 55 proveedores listados en el respectivo registro del Banco Central.
De este modo, los Proveedores de Servicios de Pago empezarán, a partir de agosto, a actuar como agentes de liquidación y percepción del impuesto a los débitos (0,6%) y a los créditos (0,6%), al igual que las operaciones a través de bancos y financieras, que venían reclamaban esta medida, por considerar que los PSP tenían una ventaja fiscal o competitiva, al no ser afectados por el impuesto al cheque.
De esta manera, el nuevo decreto iguala a las cuentas virtuales no bancarias de empresas -personas jurídicas- a las cuentas corrientes bancarias de esas mismas empresas. Cada débito o crédito que se registre en ellas, estará sujeta al impuesto.
La excepción, novedad también contenida en el decreto 301, es para los monotributistas. El uso de cuentas virtuales titularidad de monotributistas estaba exento del Impuesto al Cheque y continuará estándolo. Pero, para este caso específico, lo que hace la nueva norma es igualar la condición de las cuentas corrientes en los bancos: también pasarán a estar exentas, ya que hasta ahora no lo estaban.
La novedad es bien recibida entre los bancos que suelen quejarse del tratamiento impositivo desigual que sufren sus productos en comparación con los de las fintech. Aunque, claro está, a la hora de igualar condiciones prefieren eximir de ese impuesto al que consideran distorsivo tanto a los bancos como a las billeteras virtuales.
Del otro lado de la industria, en una de las principales empresas que ofrecen billeteras virtuales, también entendieron como algo lógico el hecho de tener el mismo trato impositivo que los bancos, aunque se quejaron de que con esta carga impositiva se desincentiva el uso de dinero virtual en favor de los pagos en efectivo, lo que puede incentivar la evasión.