Tras el aumento de casos de COVID-19 en la Argentina, el propio Alberto Fernández aseguró que no descartan la posibilidad de tomar nuevas medidas restrictivas.
La suba de contagios y fallecidos en los últimos días, en plena temporada de verano, puso en alerta a las autoridades. De hecho, fue el presidente Alberto Fernández quien mostró su preocupación por el aumento de casos de coronavirus y adelantó que adoptará medidas en el caso de que continúe la tendencia después de las fiestas de fin de año; según Infobae, una de ellas es el toque sanitario.
En sintonía con Fernández y con el fin de encontrar una solución al rebrote de casos de coronavirus, en el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires están analizando una serie de medidas para aplanar la curva de contagios pero sin interrumpir la temporada de verano. Así lo afirmó el jefe de asesores de la cartera bonaerense, Enio José García, para quien “el toque de queda sanitario puede ser una opción”.
En cuanto a la implementación de la medida, indicó: “La Organización Mundial de la Salud la está recomendando porque hay un análisis general de que los contagios están vinculados a los sectores jóvenes, que vuelven a su círculo familiar y terminan contagiando también a las personas mayores. Esa es la gran dificultad. Si se toma esa medida hay que ver cómo hacer para que no genere situaciones violentas, pedir la colaboración entre los sectores que trabajan con la noche para que ayuden y entiendan que no estaría cortada la actividad, sino que podrían seguir funcionando pero dentro de un rango menor de tiempo”.
¿Qué es el toque sanitario? De acuerdo a Leda Guzzi, médica infectóloga, miembro de la SADI, infectóloga de Swiss Medical Group y del Hospital Maternidad Santa Rosa, el toque sanitario hace referencia a una medida restrictiva estricta, que reduce la circulación y especialmente la reunión de las personas, como estrategia para ralentizar la transmisión viral: “Generalmente está referida a las actividades nocturnas y encuentros en lugares públicos o privados, pero también puede considerarse durante algunas horas del día en las que la circulación es máxima. En los países europeos ha funcionado para enlentecer las curvas de ascenso de casos y en mi opinión es la medida previa a la cuarentena estricta”.
“El toque sanitario es una opción que se vio en muchos países europeos. Me parece que debería ser un horario nocturno entre las 22 o las 24 horas. En mi opinión debe estar sectorizado este toque sanitario ya que no es lo mismo las ciudades veraniegas que el resto del país. Hay que encontrar un equilibrio siempre”, explicó a este medio la médica especialista en medicina interna e infectología María Fernanda Rombini (MN 97087).
“Esta medida se establece para frenar los contagios que claramente suceden en los encuentros sociales, con muchas personas, a poca distancia y muchas veces sin tapabocas o con el tapabocas mal colocado. Las actividades nocturnas, con consumo de alcohol y drogas recreativas, facilitan mucho la transmisión. Es muy antipático censurar las salidas nocturnas, pero en este contexto sanitario es necesario ya que el comportamiento social espontáneo es en muchos casos temerario y se generan cadenas de transmisión imparables”, enfatizó Guzzi.
El colapso sanitario, el peor escenario
Las ciudades veraniegas ya se han visto colmadas de turistas y se espera que en los meses de enero y febrero el flujo de circulación sea alto, lo que podría llegar a producir un impacto importante en la curva de contagios y estresar al sistema de salud.
En este contexto, ¿hay un riesgo de colapso sanitario? De acuerdo a Carlos Regazzoni, médico clínico y ex titular del PAMI, hay un riesgo indudable producto de los aumentos de los contagios: “Cuando hablamos de un riesgo de colapso sanitario estamos poniendo el problema al final, porque antes ya hubo aumento de los contagios, y es ahí cuando hay que actuar; es decir, hay que actuar ya para evitar que esto suceda porque a medida que nos damos cuenta de que estamos en una situación peligrosa la gente sigue ingresando a terapia e incluso siguen falleciendo por COVID-19”.
Al igual que en la pandemia, Argentina pudo observar lo que sucedía primero en otros países, incluso en otros continentes. En el caso de Europa y Estados Unidos, los casos comenzaron a incrementarse después del verano y las vacaciones, y en la actualidad enfrentan el impacto de una segunda ola que dejó de ser un anuncio para convertirse en realidad.