Los sueldos de las mujeres son hasta un 27 por ciento menores que el de los hombres; los productos destinados a ellas son habitualmente más caros.
Se lo conoce como impuesto rosa y es una de las caras desconocidas de la desigualdad de género. ¿En qué consiste? En la Argentina, las mujeres pueden llegar a pagar entre 15 y 20 por ciento más que los varones por productos similares, según datos de Economía Feminita. Es decir, una diferencia de dinero por un producto que tiene la misma funcionalidad, solo que está dirigido a las mujeres.
«A un producto normal destinado a varones se le hace una diferencia, que suele ser agregarle el color rosa en alguna parte, por eso se llama “pink tax” (impuesto rosa)”, explica Candelaria Botto, economista de la organización Economía Feminita.
¿Cómo afecta esto a las mujeres? A esta desigualdad hay que añadirle la diferencia salarial, ya que el ingreso en la Argentina por parte de las mujeres es menor al de los varones en un 27 por ciento. «Esto termina afectando en lo que, desde la economía feminista, llamamos feminización de la pobreza”, dice Botto.
«Un caso específico y bastante problemático tiene que ver con los productos de gestión menstrual porque las mujeres y los cuerpos menstruantes estamos obligados a hacer este gasto mensual, y sin embargo el listado no tiene ninguna injerencia y son productos que son caros y que cobran el 21 por ciento del IVA», ejemplificó la economista.
La economista resalta la dificultad de auditar los precios de góndola, pero asegura: «En tanto sigan los cambios sociales y sigamos exigiendo y visibilizando estas diferencias a las empresas no les va a quedar otra solución que aggiornarse y dejar de hacer estos productos de varones y de mujeres, y de suponer que el rosa es solo para las mujeres».